Apresan a asesinos de electromecánico

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El homicidios de Alirio José Sánchez Aldazoro, de 28 años, se cometió la madrugada del domingo 31 de mayo en la calle Miranda entre avenidas Cementerio y Bruzual de Sarare, municipio Simón Planas de Lara. Desde ese día los funcionarios de la División de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalístcias (Cicpc) de la región iniciaron las averiguaciones del caso.

A un mes y ocho días del crimen, los sabuesos dieron con el paradero, en el sector El Rayo de Simón Planas, de quienes se presumen cometieron el asesinato: Rubio Antonio Querales Garcés, de 43 años y Víctor José Peraza Polanco, de 22 años, ambos tenían orden de aprehensión emitida por el juez de control número 2 de Lara. Ninguno de los dos, presentó antecedente penal o registro policial.

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Según se conoció de manera extraoficial, las autoridades manejan como móvil del hecho la venganza, ya que al parecer, tenían peleas por el dominoo de la zona en cuando a la venta de drogas.

El crimen

El día del suceso, el padre de la víctima, Alirio Sánchez, se encontraba sentado en una acera frente al cadáver de su hijo, mientras otra de sus retoños lloraba sobre el cuerpo sin vida. El hombre en medio de la tristeza que lo embargaba explicó que el día anterior, su hijo estaba tomando cocuy con él en La Miel, pero a las 09:00 p.m., “El Choco”, un amigo, lo fue a buscar y se fueron para la tasca Nia. “Le dije que no saliera pero, muchacho al fin… no hizo caso”.

El par de hombres decidieron salir del lugar donde estaban y emprendieron viaje en la moto de El Choco hacia Sarare y al momento en que pasaban por la calle Miranda, dos carros los interceptaron: un Monza azul y un Century blanco, desde el interior de alguno de los dos vehículos dispararon con un revólver, sin mediar palabras. El Tiro fue certero a la cabeza de Sánchez Aldozoro.

Su compañero aceleró la moto pero a media cuadra su amigo cayó. Él no se detuvo, lo dejó ahí y fue hasta la vivienda de los padres de la víctima, ahí les comentó lo ocurrido. “Él llegó llorando y me dijo que me habían matado a mi hijo. Me vine de inmediato”, narró el papá del occiso.

Alirio José Sánchez Aldazoro, de 28 años, estudió en el INCES de Barquisimeto electromecánica cuando egresó como bachiller y desde hacía tiempo trabajaba en Divica, empresa ubicada en la intercomunal Cabudare – Acarigua. “Viajaba todos los días a laborar. Anteriormente trabajó cuatro años en Lácteos Los Andes en el área de envasado”.

Uno, tres, siete y 10 años, son las edades de los niños que dejó hérfano, el ahora fallecido. El mayor de ellos, es discapacitado, pues al parecer, durante su gestación no se le desarrolló el cerebro por completo y desde entonces ha sufrido, en su corta vida. “Aún no habla bien pero quería mucho a su padre, lo reconocía y acariciaba cuando llegaba”, manifestó en su momento.

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