Garbiñe Muguruza, la tenista nacida en Caracas y de madre venezolana, acude este sábado al partido de su vida, al enfrentrar a la favorita Serena Williams en la gran final de Wimbledon, a la espera de sellar el logro más importante de su corta carrera.
De 21 años, Muguruza dio sus primeros pasos como deportista en la capital del país, pero a corta edad se marchó con su padre a España, donde acudió a una academia para hacerse tenista profesional. Hasta el año pasado tenía la opción de jugar por Venezuela, pero eligió hacerlo por España, al que representará en los Olímpicos de Rio de Janeiro.
Muguruza y Williams plantean un duelo que, a priori, luce desigual: la clara favorita va contra la revelación.
A sus 33 años, la estadounidense, número 1 mundial sin interrupción desde febrero de 2013, cuenta con 67 títulos y aspira a un 21º trofeo en un Grand Slam, para aproximarse un poco más al récord de 22 en la era moderna de la alemana Steffi Graf.
Su joven rival hispanovenezolana sólo cuenta con un título en su palmarés y es además menor, el de Hobart en 2014. Serena jugará su 25ª final de un Grand Slam y Muguruza la primera.
¿Serena imparable?
Desde que en 2012 empezó a colaborar con el entrenador francés Patrick Mouratoglou, Serena no ha perdido ninguna de sus siete finales del Grand Slam, para un total de siete títulos.
Mirando las cifras, un mundo separa a ambas contendientes, pero Muguruza ya ganó a Serena el año pasado en la segunda ronda de Roland Garros.
“Muguruza me ha ganado ya. El año pasado me puso en problemas y nuestro último enfrentamiento no fue fácil”, avisó Williams después de ganar en semifinales, con cierta autoridad (6-4, 6-2), a la rusa Maria Sharapova.
Muguruza ganó a Serena en la arcilla de París por un inapelable 6-2 y 6-2 y luego llegó hasta los cuartos de final.
Fue entonces cuando el tenis descubrió a esta morena de 1,82 metros, nacida en Venezuela y que conseguía ser la gran esperanza del tenis español femenino, en la sombra desde los años de Arancha Sánchez Vicario y Conchita Martínez.
Heredera española
Precisamente Conchita Martínez, capitana de los equipos españoles de Copa Davis y Copa Federación, ganó en Wimbledon en 1994 y Muguruza tratará ahora de seguir sus pasos. Martínez ganó entonces a la mítica Martina Navratilova sin ser una especialista en césped, como ocurre con Muguruza.
Este año, en el Abierto de Australia, Serena tuvo que esforzarse para ganar a la española en octavos de final por 2-6, 6-3 y 6-2. Muguruza tiene ya seguro ingresar el lunes en el ‘Top 10’ del ránking de la WTA, gracias a su triunfo sobre la polaca Agnieszka Radwanska en las semifinales.
Pero antes de eso tiene una final de ensueño por cumplir, contra Serena Williams, a la que admiraba siendo niña, en el templo del All England Club.
