No lo podían creer. Estaban en la morgue esperando el cuerpo sin vida de su pequeña hija de cuatro años para velarlo y después enterrarlo. Es una contradicción de lo que muchos pudieran llamar la ley de la vida, que son los hijos que le dan el último adiós a sus padres pero en esta ocasión fue al revés y muy pronto.
La niña de cuatro años estaba el miércoles con su madre, visitando unos familiares; a eso de la 1:00 p.m. decidieron marcharse a su residencia en el mismo municipio Urdaneta, por lo que estaban esperando transporte público en la vía hacia Las Guavinas.
“De pronto apareció una camioneta 4×4 que iba a toda velocidad y las atropelló. Se llevó a la niña por delante. El muchacho se bajó de la camioneta y la llevó al ambulatorio de Santa Inés, pero no había nada qué hacer”; comentó la abuela de la pequeña víctima, Aura Cordero.
Indicó que al llegar al centro asistencial el conductor del vehículo no portaba ningún tipo de identificación, sin embargo de una vez se entregó ante las autoridades correspondientes. El muchacho es un adolescente de 16 años de edad.
“Esa es una carretera sin precaución, pues no hay reductores de velocidad”, esgrimió la dama en medio de la tristeza que la embargaba.