“Durante la temporada de vacaciones frecuentemente ocurren accidentes producidos, principalmente, por caídas. Fracturas, heridas y raspones son los más comunes. Esto se produce cuando los niños hacen actividades físicas en ambientes no seguros o con una supervisión muy escasa por parte de los representantes y cuidadores”.
Las declaraciones corresponden a la doctora Idabelis Arias de Anzola, subdirectora del Hospital Universitario Pediátrico Agustín Zubillaga, quien detalló algunos de los casos que se presentan con mayor frecuencia durante las vacaciones escolares.
En primer lugar, citó las intoxicaciones alimentarias por la ingesta de comidas mal conservadas. “Esto normalmente sucede, por ejemplo, en esos viajes donde los ciudadanos se llevan la comida y las exponen mucho tiempo al calor. Por supuesto, se daña y no es apta para su consumo. Igual ocurre con la ingesta de productos callejeros, en algunos casos generan infecciones gastrointestinales muy importantes”, dijo.
En este sentido, indicó que al momento de consumir algun bocado en locales públicos, las personas deben asegurarse que el establecimiento cumpla con las normas sanitarias y de higiene.
En segundo lugar, se refirió a las quemaduras solares. “A los niños les encanta realizar diversas actividades al aire libre y más aún si se trata de lugares como la playa, un río o una montaña. Sin embargo, es necesario que se protejan de los rayos solares. Los pequeños deben utilizar una ropa cómoda y fresca, pero, sin olvidar la aplicación del respectivo protector solar”.
De igual forma, mencionó que es vital la supervisión de los representantes en los lugares donde se estén efectuando fogatas, parrillas, entre otros, ya que la mayoría de los niños no tienen noción del peligro que representa exponerse a una quemadura producida por el fuego. Allí, el adulto debe estar alerta y alejarlo de la zona de riesgo.
Alternativas frente a la crisis
Entre los productos que se encuentran escasos en el mercado se encuentran los repelentes de mosquitos e insectos, las plaquitas para los zancudos y los protectores solares.
Al respecto, la doctora Idabelis Arias de Anzola, precisó algunas alternativas para la prevención.
“Para repeler a los mosquitos se puede utilizar complejo B, ingerido por dosis terapéuticas que van a depender del peso y de la talla del niño. Mientras que los adultos pueden ingerir una capsula al día. Lo ideal es comenzar a tomarlo 4 o 5 días antes de la actividad prevista al aire libre o en una zona de riesgo. Para evitar las quemaduras solares sin usar protector, se debe utilizar gorras, sombreros, ropa cubierta y sobre todo fresca”, acotó.
Por otra parte, destacó la importancia de que los niños ingieran vitaminas para elevar sus defensas.
“Las vitaminas están disponibles en las frutas y en los medicamentos. En vez de comprarles refrescos a los niños, los padres deben otorgarles jugos naturales, cien por ciento saludables”.