La fecha patria estuvo representada en Lara, por la memoria del presidente Hugo Chávez en coincidencia a los 28 meses de su fallecimiento. Los actos iniciaron a tempranas horas de la mañana con una misa en acción de gracias en la iglesia Concepción.
Los Poderes Públicos del Estado (Legislativo, Judicial, Ciudadano y Electoral), Fuerza Armada Nacional Bolivariana y empresas estatales se encontraron en la Plaza Bolívar, donde rindieron honores a los símbolos patrios, entregaron ofrendas florales bajo la estatua del Libertador y recordaron el legado del fundador del Partido Socialista Unido de Venezuela.
“¡Chávez vive, la patria sigue! ¡independencia y patria socialista, viviremos y venceremos! Los traidores no volverán…” exclamaban constantemente al unísono los presentes. Elba Yris Rodil, defensora del Pueblo, ejerció como oradora de orden. Durante su alocución celebró el encuentro “indisoluble” entre el pueblo y su Fuerza Armada.
“También recordamos la muerte del comandante presidente eterno quien dio un salto a la mortalidad y partió físicamente de este plano para ir un momentito a reunirse con nuestros ancestros por la conquista diaria de nuestra independencia”, exclamó la funcionaria mientras se acomodaba el brazalete tricolor que identifica al movimiento revolucionario. “Durante este día nos debemos trasladar a ese momento cuando el presidente del Congreso, Juan Antonio Domínguez, anunciaba solemnemente la independencia absoluta de Venezuela. Imaginemos a nuestro pueblo salir por las calles con emoción, lanzando gritos de libertad, emocionados de romper el yugo que fue impuesto por el imperio español”, prosiguió Rodil. La defensora recalcó que en Venezuela debe abrirse un debate sobre una lucha independentista que aún no cesa. Señala que el 5 de julio de 1811 fue solo un paso para conseguir la libertad absoluta, ya que considera que persiste el “antojo norteamericano” de apoderarse de los recursos y soberanía de la Nación. Posteriormente, rindieron honores a la réplica de la Espada del Perú, la cual fue obsequiada al Libertador Simón Bolívar por la municipalidad de Lima en el año 1825 tras conseguir la victorias en Ayacucho y Junín.
Un disparo de salva desde un artillero retumbó las edificaciones de la ciudad saludando el triunfo de los héroes de la independencia.
