Habitantes de un sector de Los Rastrojos,municipio Palavecino, se cansaron de denunciar oficialmente la serie de problemas que están confrontando, los cuales son responsabilidad de diferentes organismos.
Los más afectados son los de la avenida El Cementerio, entre el puente y el camposanto, donde transitar en un vehículos, y hasta caminando, representa todo un sacrificio por el mal estado de la vía, además de una boca de visita sumamente peligrosa.
La noche del domingo se reunieron en dos esquinas colocando cauchos en llamas y restos de árboles para llamar la atención de quienes por allí se ven obligados a pasar.
“Esto ya no se puede aguantar; por un lado el río que viene de arriba, por un tubo roto desde hace tiempo, además de fugas en la de gas y el hueco por la falta de tapa en la alcantarilla”, manifestó una de las mujeres que la mañana del lunes, junto a jefes de familia, seguían protestando en la esquina de la avenida con la calle Andrés Verde.
Henry Sáez, luchador social conocido como “Comanche”, dijo que el acondicionamiento de la avenida han venido exigiéndosele al alcalde José Barreras, pero sin resultado positivo.
Enfatizó en que con las lluvias la vía se ha puesto peor “y llegará el momento en que tendrán que cerrarla definitivamente si no se actúa con rapidez”.
Al tenerse conocimiento de la protesta con el cierre de la avenida, al lugar se presentaron los ingenieros Manuel Colls, Ángel Aguilar y Francisco Vargas, director general de la alcaldía, ingeniero municipal y delegado de Hidrolara en Palavecino, respectivamente.
Vargas explicó que en Hidrolara están al tanto del problema y la necesidad de eliminar las fugas existentes en la tubería, pero necesitan la autorización de PDVSA para perforar pues por allí pasa el tubo del gas.
Indicó que hace tres semanas pidieron el permiso a la empresa gasífera y no ha habido respuesta por lo que no pueden actuar.
“Pues tendremos que ir a protestar a PDVSA para que Hidrolara elimine ese bote de agua”, expresó otra de las amas de casa presentes.
Hicieron hincapié en que muy cerca del bote de agua existe un colegio por lo que los niños estudiantes están expuestos a enfermedades por lo que consideran un foco de infección.
Además, dijeron, está la boca de visita sin tapa, donde puede caer cualquier niño.
También el personal docente, padres y representantes han denunciado a Hidrolara el problema de las aguas que corren por la calle pero les explican la imposibilidad de hacer algo mientras PDVSA no les autorice a realizar las perforaciones necesarias.
La protesta de este lunes se extendió sólo hasta las nueve de la mañana, aproximadamente, gracias a la presencia del director general, ingeniero municipal y ell delegado de Hidrolara, con quienes los participantes dialogaron hasta llegar a un acuerdo.
Colls prometió el envío de inmediato de maquinarias para comenzar la reparación de la avenida y aunque algunos de los manifestantes no estuvieron de acuerdo, fueron retirados los obstáculos que impedían el paso de los vehículos, en especial los de rutas internas de rapiditos de la parroquia José Gregorio Bastidas.
“Menos mal que llegaron ellos porque estábamos dispuestos a mantener cerrada la calle todo el día si fuera necesario, hasta que tuviéramos repuestas”, afirmó otro de los manifestantes.
Sin embargo, de entre el grupo se escuchó la amenaza de uno de los protestantes de volver a cerrar la calle si para el viernes no se solucionan los problemas que estaban denunciando.