El Santo Temor Es Amor
“Les dijo entonces: ¿Por qué tanto miedo? ¿Todavía no tienen fe? (Marcos 4,40).
Si el temor representa un aspecto decisivo en el Antiguo Testamento, a su vez el amor también en él tiene su presencia.
Indiscutiblemente que el temor y el amor se entrecruzan en los dos testamentos, aunque en percepciones diferentes muchas veces.
Sin embargo es bueno distinguir entre temor religioso y miedo.
Es obvio que ante ciertos fenómenos terribles el ser humano experimente sentimientos de impotencia o miedos.
En cambio el temor reverencial, o Santo Temor es la manifestación de fe de los creyentes antes las actuaciones de Dios.
Es el Santo Temor a Dios, en Gedeón, el que lo sobrecoge al reconocer la grandeza del omnipotente y cuando se da cuenta que era el Ángel de Yahvé le respondió: “… ¡Ay Señor, Señor! ¡He visto cara a cara al ángel del Señor!” Pero el Señor le contestó: “No tengas miedo, que no vas a morir. Recibe mi paz” (Jueces 6,22-23).
El Santo Temor a Dios, implica modalidades diferente que pueden ayudar a encaminar al hombre en dirección a una fe madura.
Ese Santo Temor o respeto a Dios, se mezcla con una profunda confianza en el Todopoderoso, ya que el Señor, no quiere aterrorizar al ser humano, sino crear un clima de adoración y amistad. Así Pues, Dios busca calmar la angustia humana, diciendo: “No temas Daniel, porque desde el primer momento en que tú intentaste de corazón comprender y te humillaste delante de tu Dios, fueron oídas tus palabras” (Daniel 10,12). Es lo mismo que dice Jesús a sus Apóstoles: “…Animo, soy yo, no teman” (Marcos 6,50).
Es que nuestro verdadero Dios, no es un tirano, sólo preocupado por mantener su autoridad o poder.
El rodea a los seres humanos en unas circunstancias o providencias de padre, que indican preocupación por sus necesidades.
Es lo que expresa Yahvé a Abraham: “No temas Abraham; Yo soy para ti, un escudo, tu premio será muy grande” (Génesis 15,1).
El mismo Jesús, consuela a sus seguidores, diciéndoles: “No temas, mi pequeño rebaño, porque a nuestro padre, le ha parecido bien darles el Reino” (Lucas 12,32)
En términos parecidos anima Dios a sus profetas, en su difícil misión, en la cual tendrán que vérselas con los hombres, pero no deben temerlos (Ezequiel 2,6)
La fe en Dios, es la causa de seguridad, que destierra todo tipo de miedo. Es la que afirma el Salmo 23,4: “Aunque pase por valle tenebroso, ningún mal temeré, porque tu vas conmigo…” pero, Dios también es juez; esto explica la aplicación de una ley, que exige sanciones o castigos a su incumplimiento, “…porque yo, Yahvé, tu Dios soy un Dios que castiga la infidelidad” (Éxodo 20,5)
En este sentido, se habla de la “cólera de Dios”. Esta Ley Divina, aparece como ley de temor, en el Antiguo Testamento.
En el Nuevo Testamento, también aparece, esta realidad, como “juicio de Dios”
Sin embargo, ante esta perspectiva tremenda sólo deben temer, “los endurecidos en al mal”, ahora bien: “Ustedes codiciosos lloren y den alaridos por las desgracias que están por caer, sobre ustedes (Santiago 5.1)
En cuanto a los otros, que reconocen sincera y humildemente sus pecados, pero que quieren cambiar y tienen confianza en la misericordia Divina, ellos inauguran una disposición de amor interior, que destierra el miedo, pues el temor sólo supone castigo pero el que ama, confía y no espera castigo.
El exceso de confianza, nos puede llevar a la falta de respeto, algunas veces. Pero el temor, nos hace esclavos; Dios no quiere gente aterrorizada, sino, hijos llenos de respeto, confianza, amor y Santo Temor. Cómo cuesta entender y vivir esto, pero Cristo, vino para darnos esta enseñanza, “cuando recen digan Papá nuestro, Padre Nuestro”. Esta bella actitud a la vez que nos humaniza, nos cristianiza.
Lo que significa rechazo al temor de esclavos pasando al espíritu de hijos adoptivos, que nos hace exclamar, “Abbá, Papá” (Romanos 8, 15) y añade la Palabra de Dios, “no hay temor en el amor, sino que el amor perfecto expulsa el temor; porque el temor mira al castigo, quien teme no ha llegado a la plenitud en el amor” (Juan 4, 18)
En fin, el Santo Temor a Dios debemos con el Deuteronomio, vincularlo con el amor sagrado a Dios, que dice relación al cumplimiento de los mandamientos, “a fin de que temas a Yahvé tu Dios, guardando todos los preceptos… Amarás a Yahvé tu Dios, con todo tu corazón…” (Deuteronomio 6,2-8)
Ese Santo Temor que es respeto a Dios, es el principio de la sabiduría y de la verdadera piedad, “el temor del Señor recrea el corazón, da contento regocijo y largos días…” (Eclesiástico 1,11-20)
En conclusión, el Santo Temor a Dios, no es miedo, sino Sagrado Amor, con toda el alma, y con todo el ser, a ese mismo Dios.
Por eso, ese temor amoroso, es el principio de la sabiduría.
Ya se acerca el día del Óbolo de San Pedro, día del Papa, pidamos por el Santo Padre. Francisco; por su salud, sabiduría y santificación, en su pontificado de servicio. Apoyémoslo, con muestra filial, adhesión a sus directivos, y cooperamos a su sostenimiento, y de sus obras apostólicas y sociales en el mundo, especialmente a favor de los más necesitados.
Agradezco a todas las instituciones, familias y personas, su oración y recursos a favor de la causa de la justicia y caridad en el mundo, desde la generosidad y servicio del Papa Francisco.
Que así sea.
Mons. Antonio José López Castillo
Arzobispo de Barquisimeto.
Santo Padre
Laudato si’: ¿Qué pretende el Papa con la encíclica?
El Pontífice explica las motivaciones del documento y por qué pide a toda la sociedad un cambio de mentalidad y de comportamiento
Vatican City, 18 de junio de 2015 (ZENIT.org)
El santo padre Francisco ha hecho una invitación urgente a dialogar sobre cómo estamos construyendo el futuro del planeta porque “necesitamos una conversación que nos una a todos, porque el desafío ambiental que vivimos, y sus raíces humanas, nos interesan y nos impactan a todos”. Del mismo modo advierte que las “soluciones concretas a la crisis ambiental suelen ser frustradas no sólo por el rechazo de los poderosos, sino también por la falta de interés de los demás”.
Evangelio
Marcos (4,35-40): Un día, al atardecer, dijo Jesús a sus discípulos: «Vamos a la otra orilla.» Se levantó un fuerte huracán, y las olas rompían contra la barca …«Maestro, ¿no te importa que nos hundamos? Él les dijo: ¿Aún no tenéis fe?» y se decían unos a otros: «¿Pero quién es éste? ¡Hasta el viento y las aguas le obedecen!» Palabra del Señor. Gloria a Ti, Señor Jesús.
Iglesia en Marcha
-La Parroquia Divino Niño (El Trigal-Cabudare) te invita a un paseo al Llano y la Jungla, Hato el Cedral y el Cerro Autana del 31/07 al 05/08. Inf.: 0414-5254191 /0416-4512835
-Peregrinación a Isnotú y monumento Virgen de la Paz, invita la Parroquia Inmaculada Concepción de Barquisimeto para el día 18/07/15. Inf.: 0251-2315657 / 0412-0674969.