La violencia se apoderó de las calles barquisimetanas: cuatro personas fueron asesinadas la noche del viernes. Entre los crímenes dos fueron perpetrados al norte de la ciudad, en la urbanización Las Sábilas. Los otros dos en el oeste: uno en el barrio La Batalla y el otro en Pavia.
Dos en Las Sábilas
Desde la noche del viernes se rumoraba que habían asesinado a dos personas en la urbanización Las Sábilas, pero los funcionarios se negaban a meterse porque la zona es peligrosa y de noche no se puede penetrar en dicha urbanización, pues aseguran que los maleantes tienen el control y están mejor armados que ellos.
No fue sino hasta la mañana del sábado que los cuerpos policiales ingresaron y verificaron la información, avisando así a la Brigada Contra Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc).
El primer reporte fue en la calle 5 de la manzana E de Las Sábilas. Allí estaba tirado en la acera, el cuerpo sin vida de un joven.
Vecinos de la zona comentaron que no lo habían visto y que aparentemente el crimen ocurrió a las siete de la noche. Algunas personas indicaron que se encontraba en un fiesta y fue sacado de la casa y asesinado; otros dijeron que lo venían siguiendo. Lo cierto es que el joven tenía tres disparos en el estómago y una cortada en el pómulo izquierdo y la oreja.
En la parte de atrás del pantalón tenía un monedero de mujer, con una cédula, aparentemente de él. Fue identificado como Carlos Arturo Perdomo Túa de 19 años de edad, así mismo tenía una boleta de excarcelación de febrero del 2015, indicaba que estuvo recluido en el Centro de Coordinación Policial del norte, pero no especificaba el delito.
Su cuerpo estaba mojado por la lluvia que cayó en la madrugada.
En el lugar no aparecieron dolientes, ni nadie que lo conociera, tampoco se apreciaron conchas, por lo cual hasta ahora se desconoce si el sitio en donde estaba el cuerpo fue de liberación, pues todo apunta que el joven fue baleado en otro lugar.
El segundo crimen en esta urbanización, fue perpetrado en la calle 6, de la manzana K y la víctima respondía al nombre de Junior Alexander Gallardo Yépez, de 30 años de edad.
Estaba residenciado en Andrés Bello, en El Cují, vivía con su madre, pues hace ocho meses se había separado de su pareja, la madre de sus tres hijos, dos varones de 5 y 1 año y una hembrita de tres años.
La pareja como ya no estaba junta había puesto su casa de Las Sábilas en venta y Gallardo Yépez, de vez en cuando iba a darle una vuelta. Eso fue lo que hizo el sábado.
La víctima fatal estaba dentro de su casa, cuando un grupo de sujetos violentaron la puerta e ingresaron.
Gallardo Yépez fue asesinado en la parte de atrás de la casa, le dispararon con una escopeta y con armas cortas.
Su expareja indicó que hasta donde ella conoció, él no estaba en malos pasos, se ganaba la vida como comerciante, pero desde que se dejaron sí se desentendió de los niños y casi no los veía.
Según los archivos del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), Gallardo Yépez tenía un antecedente por el delito de aprovechamiento de vehículo proveniente del robo.
Dejado en el Seguro
A las 9:20 de la noche del viernes, en la emergencia del Seguro Social Pastor Oropeza, fue llevado Luis Ángel Rodríguez, de 25 años de edad, con un disparo en el abdomen.
El joven proveniente de Pavia, no resistió y murió en el centro asistencial.
Funcionarios del Cicpc fueron a buscar el cadáver para llevarlo hasta la morgue del Hospital Central Antonio María Pineda.
Al lugar no se presentaron dolientes algunos y no se pudo conocer detalles sobre la muerte del joven.
Fue a visitar a su hijo
Alexander Duarte, de 19 años, salió de su casa en la carrera 23 con calle 52, por la urbanización Obelisco, a las 3 de la tarde del viernes. Le dijo a su madre que iba a visitar a su hijo, un bebé de cuatro meses, quien reside en el barrio La Batalla con su progenitora.
A las 8:30 de la mañana de ayer, a funcionarios de Polilara le avisaron de un fallecido en el sector 4 de La Batalla, adyacente a la quebrada. Al llegar al sitio observaron que había sido asesinado de un solo disparo en la parte posterior del cuello.
La madre indicó que se enteró fue en la mañana cuando le avisaron, pero aparentemente el crimen ocurrió entre las siete y ocho de la noche del viernes.
La víctima era el único varón y menor de tres hermanos, trabajaba con su tío atendiendo su negocio de hortalizas en Mercabar, estaba muy bien vestido y no le robaron nada.
Una señora, quien dijo ser su tía, imploraba al cielo y pedía misericordia para sus asesinos.
Sabuesos del cuerpo detectivesco ya iniciaron las investigaciones de los cuatro crímenes ocurridos en la violenta jornada del viernes.
