Surgiendo como una idea casi utópica hasta llegar a una realidad posible, los drones se han convertido en un elemento más en la vida de este presente siglo. Desde funciones bélicas, pasando a las civiles e industriales, estos vehículos son la puerta de entrada a una era que solamente se mencionaba en libros y revistas de ciencia-ficción: el futuro
La palabra “drone” es una prestación de la palabra inglesa que literalmente hablando significa “zángano” debido a que en términos más exactos es un aparato volador no tripulado, que es controlado por una persona a través de un radio control o consola.
Orígenes bélicos
Los orígenes de los drones se remontan a finales de la Primera Guerra Mundial, cuando surgió el primer aparato volador no tripulado de la historia: el “torpedo volador” Hewitt-Sperry considerado como el precursor de los modernos misiles de crucero. Durante la Segunda Guerra, se desarrollaron drones para entrenar a los operarios de los cañones antiaéreos y como señuelo en misiones de distracción.
No fue sino hasta finales del siglo XX y principios del XXI cuando muestran el potencial que tienen, especialmente durante la Guerra del Golfo y la actual Guerra contra el Terrorismo en la que mostraron su potencial y desempeño, no solo sus funciones de combate, también dieron muestra de labores de reconocimiento, vigilancia, localización, entre otras.
A pesar de sus orígenes militares, desde el 2009 grupos tecnológicos y más recientemente empresa privadas, están estudiando la posibilidad de crear drones para labores exclusivamente en el plano civil, las posibilidades van desde el plano del ocio hasta el nivel industrial. Debido a este giro, los drones ahora son considerados como parte de la vida del siglo XXI.
Muchos tipos
Debido a la gran cantidad actual de drones y a sus orígenes, estos aparatos se pueden clasificar en:
- Militares (señuelos, de combate, reconocimiento)
- De investigación y desarrollo.
- Industriales (logística, supervisión).
- De ocio.
Beneficios y alcances delicados
Debido a la reciente producción de drones para ámbitos civiles, los beneficios que tendrán estos aparatos son infinitos: desde un simple aparato de ocio, como para grabar videos y tomar fotografías; hasta uno diseñado exclusivamente para labores de supervisión en lugares peligrosos como una planta nuclear. Por lo que el alcance que puedan tener estos aparatos es astronómico. Sin embargo, recientemente se ha puesto en duda las consideraciones tanto éticas como sociales y de seguridad debido a la polémica sobre cuáles son las “verdaderas funciones de los drones”, causadas por incidentes como el drone que se estrelló en la Casa Blanca o el del concierto de Enrique Iglesias, que lamentablemente se cortó al intentar tocar uno en pleno acto musical. Esto pone por seguro que los drones no son tan inofensivos y, por supuesto, no son un juguete para estar haciendo tonterías.
A pesar de estas consideraciones, ya los drones están cambiando la forma de ver cómo es la vida en este presente siglo; y hasta que no se resuelva los problemas de corte ético y de seguridad que tienen, dentro de algunos años habrá más drones que aviones surcando los cielos.