Los patrones de conducta del ciudadano común han cambiado significativamente producto de la situación económica del país. El desabastecimiento, la incertidumbre de no encontrar un rubro básico y tener el derecho de comprar sólo un día a la semana, según número de cédula, han promovido que amanezcan largas filas de personas en las puertas de los establecimientos. Ahora las colas se hacen para conseguir lo que sea.
Dos reconocidos establecimientos ubicados en el este de la ciudad, uno en el centro comercial Los Leones, y otro de origen asiático en la avenida Caracas, evidenciaron colas durante la mañana del viernes. En el primero, habían productos como pañales desechables, harina, toallas sanitarias y jabón en polvo; mientras que el segundo, ofreció un combo contenido de harina de maíz, mantequilla y jabón de baño. Ambos atendieron a las personas con terminales de cédula 8 – 9.
Los consumidores informaron que suelen arribar a los establecimientos luego de 4:00 de la mañana, sin conocer el inventario existente en el comercio. “Infortunadamente nos acostumbramos a la necesidad, ahora hacer cola forma parte de nuestra agenda. Nos alegramos por lograr la hazaña de encontrar cualquier cosa”, exclamó la señora Lourdes Sequera al tiempo que mostraba su ticket que le garantizaba su entrada al establecimiento, más no le aseguraba la compra de algún rubro regulado.
La regularización de la compra de acuerdo al número de identificación, es cuestionada por muchos ciudadanos. El señor Oscar Pernalete, explicó que los días viernes debe dejar a un lado todo lo que tiene por hacer, incluso trabajar, para poder reponer la alacena de su hogar. “Si hoy no puedo comprar perdí, porque debo esperar hasta la otra semana cuando me toque mi turno. Eso es muy complicado, puesto que uno también tiene sus responsabilidades”.
El pensamiento colectivo se centra en cuánto tiempo faltará para que cambien la realidad actual. “Antes unos podía escoger entre seis o siete marcas de papel higiénico, leche, harina, jabón en polvo y jabón de baño. No sabíamos lo felices que éramos de tener el derecho a escoger. Ahora uno tiene que comprar lo que haya, por la necesidad”, reclamó la señora Yulmi Hernández.
La mayoría de los consultados expresó su preocupación por cuanto consideran que el desabastecimiento nos propio de países con riquezas petroleras.
