Superior en despliegue pero impreciso en la definición, México no pasó del empate sin goles en su debut ante Bolivia en la Copa América.
Los bolivianos no ganan un partido de Copa América de las semifinales de 1997, y aunque inquietaron en un par de ocasiones al portero mexicano Jesús Corona, nunca dieron la sensación de estar en condiciones de cortar esa racha de 16 partidos.
El empate cerró la primera fecha del Grupo A, que encabeza el anfitrión Chile con tres puntos luego de su triunfo 2-0 sobre Ecuador el jueves en Santiago.
México llegó al torneo con un equipo alternativo, tras reservar a figuras como Javier “Chicharito” Hernández y Carlos Vela para la Copa de Oro de la CONCACAF en julio. La ausencia de estos artilleros fue evidente, y el técnico mexicano Miguel Herrera comenzó el partido con el veterano Matías Vuoso como hombre de punta.
Con más voluntad que técnica, Vuoso se peleó todo el encuentro con los centrales bolivianos, y en el segundo tiempo tuvo una de las ocasiones de gol más claras de México cuando enganchó un balón suelto en el área y, con el arquero Romel Quiñónez vencido, la pelota se desvió en un defensor y salió al córner.
Vuoso, un argentino naturalizado mexicano, por ocasiones sirvió como pivote, encargado de recibir balones, aguantar la marca, y habilitar a los volantes que se sumaban al ataque.
El capitán de México, Rafael Márquez, salió lesionado a los 64 minutos.
Este fue el tercer enfrentamiento entre México y Bolivia en una Copa América, con saldo de dos empates y un triunfo para los sudamericanos, precisamente su última victoria en el torneo en 1997. Desde entonces, Bolivia suma nueve derrotas y ocho empates.
