El mes de junio ha traído sorpresas. Por ejemplo, los venezolanos sabíamos que al difunto “supremo” le gustaba el béisbol, y que, según él, lanzaba una “rabo e´cochino” que dejaba fritos a los bateadores. Sabíamos también que, con “rabo e’ cochino” o sin ella, en el sombrío extraining que fue su último mandato, la crisis económica y la corrupción le batearon tan libremente, que todavía sus averages siguen subiendo a ritmo escalofriante. Mas no sabíamos que el relevista designado supiera algo del fútbol, con lo que nos desayunamos hace poco, cuando declaró sobre el “affaire FIFA”. Más o menos, dijo que Estados Unidos inició la investigación por corrupción contra directivos de esa federación, para sabotear el mundial de fútbol a realizarse en Rusia, y le jaló mecate a Maradona, afirmando que éste debería ser el presidente de esa federación. De ahí el título de este Sin Tregua; una mezcla de Maduro y Maradona. Ha podido ser Maraduro, o Madiego, pero lo realmente inquietante es que este señor, quien durante su mandato no ha sabido cómo enfrentar el desmadre que su antecesor creó, y que él ha seguido alimentando, ahora pretenda sentar cátedra sobre un deporte tan universal y con tan poderosa y compleja organización. Por cierto, no soy fanático del fútbol. No soy, pues, como el señor que fue por primera vez a misa, y cuando el cura le preguntó: Hijo, ¿quieres ser cristiano?, respondió: No, padre. Prefiero ser Messi. Pero siendo el fútbol lo que es, uno cree que lo dicho por Madurona debe ser revisado.
Y en efecto, este columnista piensa que si en su declaración, Madurona hubiera condenado contundentemente el hecho de que la FIFA se hubiera convertido en una sentina de iniquidades y latrocinios, cuando más, la gente hubiera comentado: ¡Hipócrita este cachicamo, llamando a Esquivel conchúo! y hasta le hubiera recordado que, en el Evangelio, se aconseja que, antes de criticar la paja en el ojo ajeno, hay que sacar la viga del ojo propio. Pero no fue así. Se limitó a hacer lo mismo que cuando se denuncia a algún camarada suyo, por andar cometiendo diabluras con el erario público: Activar la gatuna política de echarle tierrita al asunto. Y, en este caso, de forma bastante contradictoria. Porque, si como él dice, EE UU, por iniciar una investigación, estaría conspirando para sabotear el mundial de Rusia, es lícito pensar que, cada vez que Maradona cuestionó públicamente a la FIFA, también estaba conspirando para sabotear la realización de algún evento futbolístico de cierta jerarquía. Y lo que es peor, si esa tesis conspirativa es cierta, habrá que concluir que la “Fiscala” General de la República es colaboradora de la CIA, pues, debido a tal escándalo, esta funcionaria ordenó una averiguación contra la Federación Venezolana de Fútbol, la cual, entre otras medidas, prevé el congelamiento de las cuentas y la prohibición de enajenar y gravar bienes propiedad del ex-presidente de ese órgano, Rafael Esquivel.
Respecto a que Maradona deba ser Presidente de la FIFA, tengo mis dudas. Es una de las grandes figuras del fútbol, y nada más. La única forma de que Madurona cumpla este sueño, es que active la chequera bolivariana y logre que la inefable Tibisay y su CNE organicen las elecciones de esa federación internacional. Si no, no van p’al baile. Pero, pensando el asunto, Madurona debería hacerle caso a su futura Ministra de Agricultura, y sembrar una matica llamada “ganasnopreñan”. De pronto, unos calditos de esta planta le den mejores ideas para adular y quedar bien con “El Pelusa”.