Con el cielo de Santiago teñido de azul, rojo y blanco, y los Andes como testigo, Chile le dio una maravillosa bienvenida a las 12 selecciones participantes en la 44 edición de la Copa América, en una ceremonia inaugural que recreó una danza de los guerreros Rapa Nui de la Isla de Pascua.
El colorido espectáculo de 20 minutos antecedió al pitazo inicial en el estadio Nacional, donde Chile y Ecuador se enfrentaban a partir de las 23H30 GMT en la apertura este jueves del torneo y el Grupo A, que también forman Bolivia y México.
La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, se hizo presente en el escenario, en compañía del presidente de la Federación de Fútbol de Chile, Sergio Jadue, y el máximo dirigente de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), el paraguayo Juan Ángel Napout.
Bachelet había hecho una invitación al presidente de Ecuador, Rafael Correa, para que asistiera al partido inaugural, pero el mandatario se encontraba en Bruselas en la cumbre Celac-Unión Europea.
«El presidente de Ecuador no pudo venir, pero pidió que los tratemos bien», dijo la jefa de Estado chilena a la prensa.
«Espero que Chile gane en este inicio de Copa. Esta es una fiesta de Chile y América. Esperamos darle una gran acogida a todos», agregó en medio de una nube de periodistas que la esperaban en la puerta principal del estadio.
El show, denominado ‘El corazón del fútbol’, comenzó en medio de una noche fría con un estadio Nacional en penumbras y una recreación en video de la capital chilena, donde un ciudadano en medio de la calle se encontró un balón para comenzar a dominarlo.
Un puntapié de este hombre a la pelota desató un mágico viaje a los 12 países presentes en el torneo de selecciones más antiguo del mundo.
Luego de ese recorrido virtual por Sudamérica, además de México y Jamaica, asociaciones de la Concacaf invitadas por la Conmebol, el Hoko, un ritual guerrero pascuense, se apoderó del escenario, un momento mágico de la apertura que despertó el delirio de los espectadores.
Con tambores y caracolas una danza ancestral tradicional de los guerreros de la Isla de Pascua, en el Pacífico chileno, representó una lucha por la pelota, una especie de simbolismo a la que se verán enfrentadas las selecciones por el trono de América.
Varias mujeres mitad pájaros y mitad luchadoras entraron en escena volando en globos acompañadas por la música del español Salvador Niebla, especialista en aperturas de grandes eventos deportivos.
En el campo, 24 bailarines de la compañía de teatro española La Fura del Baus danzaron bajo el embrujo de sofisticadas luces multicolores, mientras se formaba un enorme cilindro con unas gigantescas llamaradas para formar el trofeo de la Copa América.
Así, y en medio de espectaculares fuegos artificiales, el show fue subiendo en intensidad a medida que se acercaba el principal motivo que tiene en vilo a este país de 17 millones de habitantes: el fútbol.