El Parlamento europeo se sumó este jueves a las voces críticas con la FIFA, afectada por un escándalo de corrupción sin precedentes, e instó a la salida inmediata de su presidente dimisionario Joseph Blatter, que respondió diciendo que no contempla esa posibilidad.
«La FIFA está perpleja por la resolución del Parlamento Europeo (…) El presidente de la FIFA decidió ya abandonar su mandato en un Congreso extraordinario electivo», explicó una portavoz de la FIFA en nombre del presidente.
Ese Congreso tendrá lugar en Zúrich entre diciembre de este año y febrero de 2016. La fecha exacta se conocerá el 20 de julio, en un Comité Ejecutivo extraordinario de la FIFA, también en Zúrich, cuya fecha exacta se conoció este jueves.
«El presidente tiene como prioridad asegurar que durante ese Congreso, que es lo que desea, se aprueben reformas obligatorias y que se elija un nuevo presidente», añadió la FIFA.
Todo ello en un día movido para la organización que dirige el fútbol mundial, donde se anunció la dmisión con «efecto inmediato» de su director de comunicación desde 2011, el suizo-italiano Walter De Gregorio. Será reemplazado «como interino» por su adjunto, el francés Nicolas Maingot.
En Estrasburgo, la amplia mayoría de los eurodiputados había votado por la mañana a favor de la resolución contra Blatter, preparada conjuntamente por los siete grupos políticos del Parlamento, reunidos en sesión plenaria.
En este texto no vinculante, que sirve como medio de presión política, los eurodiputados se congratulan por «la dimisión de Joseph Blatter de la presidencia de la FIFA así como por las investigaciones penales en curso», tanto en Suiza como en Estados Unidos. Al mismo tiempo, piden a la organización que elija a «un presidente provisional apropiado para reemplazar(lo) inmediatamente».
Si bien dimitió, Blatter tiene previsto seguir en su puesto hasta la elección de su sucesor, lo que no se espera antes de finales de año.
El Parlamento europeo cree que no se debe esperar tanto, y recuerda en su resolución que la FIFA necesita «credibilidad» para llevar a cabo «medidas urgentes necesarias».
El suizo, de 79 años, fue reelegido a finales de mayo en Zúrich para un quinto mandato, a pesar del enorme escándalo de corrupción que había estallado unos días antes.
Cuatro días después anunció su dimisión, horas antes de que se hicieran públicas las acusaciones contra su mano derecha, el francés Jérôme Valcke, secretario general de la FIFA.