Una frase recurrente de la temporada 2015 es que el Domo Bolivariano de Barquisimeto “nunca antes había lucido tan lleno”. Sin duda, el actual espectáculo de estilo NBA, incluido un impactante “mapping” o proyección de imágenes sobre el propio tabloncillo importado por los Guaros de Lara, representa una atracción que seduce a miles de aficionados.
Sin embargo, el escenario levantado con motivo de los Juegos Bolivarianos de 1981, pero que realmente fue inaugurado en abril de 1982 en el entonces llamado “barrio El Japón”, ha registrado épicas jornadas de deporte y espectáculos musicales que lo han hecho lucir pequeño.
Si bien las Panteras fueron derrotadas en la final de 1982 por los míticos Guaiqueríes de Margarita, fue en esa final de 1983, registrada para EL IMPULSO por plumas de la talla de Jesús Boscán, José Flores Ávila o Rubén Mijares, cuando se vieron asistencias de antología.
De hecho, cuando ese sexto juego contra Gaiteros del Zulia concluyó, la noche del 21 de junio de 1983, fue tal la cantidad de público que se apostaba alrededor del tabloncillo, sentado en el piso por falta de silla, que corrieron a la cancha como en un “tsunami” y complicaron la premiación.
En una gráfica, obra de Julio Navas, el propio Edgar Salvidia, presidente del equipo, es acompañado por Oscar Silva y pide a los aficionados alejarse de la cancha, a pedido del juez José Luis Puertas.
Por aquellos tiempos los triunfos larenses en los tabloncillos eran un rugido. Esa imagen de gente sentada en el suelo se repitió en 2005 y 2006, ya con los Guaros de Lara en los albores de su existencia como franquicia, pero sin la miel del triunfo que ahora persigue esta versión de 2015. ¿Cuántos aficionados entrarán esta noche al remozado Domo?