A las siete de la mañana la madre de los hermanos Villegas Pérez, recibió una llamada a su casa. Era una amiga quien le indicaba que habían asesinado a uno de sus nueve hijos.
La dama rápido imaginó de quién se trataba. Era el tercero, llamado Jaiker Jean Carlos, de 21 años de edad, pues fue a quien hace tres meses atrás corrieron de la casa porque andaba en malos pasos.
Sus hermanos se fueron hasta el sector El Caujaral, de la vía El Paraparo, en la parroquia Coronel Mariano de Peraza del municipio Jiménez. Allí, en pleno camino de tierra, estaba tirado el cuerpo de su ser querido y a cuatro metros una motocicleta, Haojin azul, sin placas.
En el lugar ya estaban los funcionarios de Protección Civil de Jiménez y posteriormente llegaron de Polilara, quienes resguardaron la escena del crimen. Aunque a ellos les reportaron a las seis de la mañana se dice que el crimen se produjo a las tres de la madrugada.
Lo llevaron hasta allí
Sobre el hecho no se conocen muchos detalles, pues en el lugar no quedan casas cercanas para que existiese un testigo. Está rodeado de tierras con sembradíos de maíz y cebolla. Se deduce que Villegas Pérez fue trasladado hasta el lugar por alguna persona conocida, porque la motocicleta que se encontró en el lugar no podía rodar, debido a que no tenía la cadena y además le faltaba la palanca del croche, por lo cual presume que la traían empujada, o en un vehículo.
Así mismo indican funcionarios que Villegas Pérez fue golpeado antes de ser asesinado. Sus ojos con hematomas así lo evidencian. Además, le observaron dos disparos en la cabeza, uno de ellos con salida.
A su alrededor quedaron tres conchas. Investigadores al revisar señalaron que habían sido disparadas con un revólver calibre 38, al parecer el criminal las sacó para cargar de nuevo el arma.
Según información policial la motocicleta azul que fue localizada en el lugar había sido robada en Quíbor el sábado. Se desconoce si habrían solicitado algún tipo de rescate por ella.
Funcionarios de la Brigada Contra Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc) acudieron hasta el sitio de los hechos. Estaban presentes representantes de la Fiscalía 29 del Ministerio Público, de Quíbor, quienes coordinaron el comienzo de las investigaciones.
Hasta ahora se maneja como móvil el ajuste de cuenta.
“Estaba dañado”
Sus hermanos indicaron que desde hace tres meses la víctima fatal se había ido de la casa y vivía con su pareja en la urbanización Cabo José Dorante, de Quíbor, pero desde ese entonces no lo veían ni siquiera hablaban con él.
Tenía un bebé de tres años
Un poco más tarde llegó un tío de Villegas Pérez, quien se acercó al lugar y preguntó de qué forma habían matado al muchacho.
Expresó que la vida de las personas dañadas era corta, que mucho se lo había dicho a su hermano, pero a ese joven no habían sabido criarlo.
Relató que desde pequeño se sumergió en el mundo de las drogas. Tanto daño le hacía su adicción que hace seis meses atrás supuestamente llegó a su casa muy intoxicado y le roció gasolina a uno de sus hermanos y lo quemó. Posterior a ello fue quedando en evidencia que andaba con grupos hamponiles. La familia decidió correrlo de la casa, aseguró su tío.
Aunque el joven no tenía antecedente alguno.
De la misma forma destacó que la víctima fatal conocido como El Guao, se la pasaba en las tierras de la población de El Yabito.
Mientras el cuerpo de Villegas Pérez estaba tirado en el lugar sus hermanos estaban alrededor del mismo, no lloraban, solo hablaban entre sí, pero en el momento del levantamiento del cadáver, por parte de los efectivos del cuerpo detectivesco, rompieron su dureza. Varios de ellos se agacharon hacia su cuerpo y lo abrazaron. Otros, simplemente, miraban y dejaban correr las lágrimas por sus mejillas.
“Sea lo que sea, familia es familia y duele”, comentó el tío del joven.
Los seres queridos de la víctima fatal indicaron desconocer quién pudo ocasionarle la muerte a Villegas Pérez. Esperan se haga justicia.