Después de años de estrecha vinculación con el Consejo Nacional Electoral estoy convencido que el sistema electoral venezolano, tecnológicamente hablando, cuenta con una robustez que debería ser suficiente para que el colectivo lo sienta y presienta como un árbitro honesto, en el que pueda confiarse plenamente para que lleve adelante su importante rol dentro del estado de derecho, como lo es ofrecer mecanismos de elección y remoción de los gobernantes, uno de los indicadores indispensables que ha presentado el Banco Mundial en su Programa de Gobernabilidad. Lamentablemente, no es así. El desequilibrio manifiesto de las autoridades del máximo organismo del Poder Electoral y la falta de probidad en sus ejecutorias, hacen que esa robustez tecnológica electoral venezolana pierda notablemente su protagonismo.
En este actuar desequilibrado de las autoridades del Consejo Nacional Electoral encuadramos el cambio de las circunscripciones electorales de cara a las elecciones parlamentarias de 2010, en las que, en una clara maniobra para favorecer al Partido Socialista Unido de Venezuela, se modificaron los circuitos electorales de los estados Barinas, Lara, Miranda, Táchira, Zulia, Dto. Capital, Carabobo y Amazonas, única y exclusivamente para maquillar la verdadera correlación de fuerzas entre oficialismo y oposición, inclinando la balanza a favor del primero. Vemos extrañados como llegado el pasado mes de abril las autoridades del Consejo Nacional Electoral han hecho total mutis en relación a la convocatoria a elecciones y la publicación del cronograma electoral, instrumento fundamental para la correcta administración del venidero proceso eleccionario; y nos extraña que precisamente en las pasadas elecciones de diputados a la Asamblea Nacional, el 14 de abril, se realizó la convocatoria formal de elecciones, para que 6 meses después, el 26 de septiembre de 2010, tuvieran lugar las elecciones parlamentarias. Por lo que no hay lugar a dudas, las próximas elecciones no serán en septiembre de este año, en franco atentado a la soberana voluntad popular que eligió a sus diputados y como lo manda la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, por un período de 5 años, ni un minuto más ni un minuto menos. Hay claras intenciones de repetir la historia. El Partido Socialista Unido de Venezuela ha presentado una propuesta al Consejo Nacional Electoral, para realizar un cambio en algunos circuitos electorales, curiosamente dominados por la oposición.
Así, con este Consejo Nacional Electoral, con su falta de probidad y con su ventajismo manifiesto, el pueblo venezolano deberá acudir a las urnas, Dios mediante, en este año 2015, para elegir a los próximos representantes en el órgano deliberante, pilar fundamental del correcto funcionamiento del estado de derecho.
@micardmad