Las actuaciones de las rectoras del Consejo Nacional Electoral -y me disculpan pero no dan otra cosa que pensar- están dirigidas a propiciar un clima de desconfianza en el árbitro. Una desconfianza muy conveniente, si la intención es desmotivar la participación de un sector del electorado. Qué total genuflexión la de la presidenta del máximo ente comicial, al anunciar que el CNE conoció la decisión de la Asamblea Nacional de suprimir las elecciones de los diputados al Parlamento Latinoamericano. Supresión que no sólo atenta con la tradición electoral de un proceso que se venía celebrando desde el año 1998, es que además atenta contra los más importantes preceptos plasmados en nuestra Constitución de 1999.
El legislador histórico de 1999 consagró en el artículo 5 que: “La soberanía reside intransferiblemente en el pueblo” y que es a través del sufragio que dicho pueblo hace efectiva la soberanía, tan necesaria para el correcto funcionamiento del Estado de Derecho. Es inadmisible la decisión de la mayoría oficialista de la Asamblea Nacional, pero sin duda más inaceptable y absolutamente reprochable la actitud de genuflexión tomada por las rectoras del Consejo Nacional Electoral, de “acatar” dicha decisión sin importar que ella comporte un franco atentado a la participación y el protagonismo popular.
Ya no oculta el temor el Partido Socialista Unido de Venezuela, le petrifica que en el venidero proceso electoral se mida fuerzas, en un circuito nacional, con los factores que hacen vida en la Mesa de la Unidad Democrática; esta es la única motivación “lógica” para haber eliminado el método de elección directa de nuestros representantes al Parlamento Latinoamericano. Si nos vamos a los resultados de la elección del representante por lista al Parlamento Latinoamericano en 2010, la diferencia entre el PSUV y la MUD fue de 1.7% a favor de los oficialistas.
A la vista de estos resultados creo que tienen razonable temor de medirse, toda vez que su posición electoral en 2010 era, a todas luces, mucho más ventajosa que la actual. No me queda más que terminar estas líneas con un exhorto a la sociedad democrática, que enfrenta un proceso eleccionario fundamental para lograr enrumbar este país por verdaderos caminos democráticos y de reconciliación; y es con este Consejo Nacional Electoral, con su posición genuflexa, que el pueblo venezolano demócrata deberá acudir masivamente a las urnas, Dios mediante, en este año 2015, para elegir a los próximos representantes en el órgano deliberante, pilar fundamental del correcto funcionamiento del estado de derecho.
@micardmad