Tres suicidas del grupo extremista Estado Islámico atacaron una base de la policía en la provincia de Anbar, en el oeste de Irak, y causaron la muerte de al menos 41 soldados y milicianos chiíes, informaron autoridades iraquíes.
Funcionarios de la policía informaron que tres atacantes suicidas estrellaron simultáneamente vehículos Humvee que le quitaron al ejército iraquí en una base del área de Tharthar, al norte de Ramadi, territorio controlado por los extremistas. Los ataques provocaron una gran explosión en un depósito de municiones que está dentro de la base. Autoridades dijeron que otros 63 miembros de las fuerzas de seguridad resultaron heridos.
Funcionarios de salud confirmaron la cifra de muertes pero pidieron el anonimato porque no están autorizados a hablar con medios.
Los ataques ocurrieron en medio de los choques entre el ejército iraquí y milicias del grupo Estado Islámico en la provincia de Anbar para recuperar áreas tomadas por el grupo extremista, entre ellas la capital provincial, Ramadi.
El ataque del lunes se pareció al lanzado contra Ramadi el mes pasado que permitió al Estado Islámico capturar la ciudad y hacer su avance más importante desde que una coalición encabezada por Estados Unidos comenzó a lanzar ataques contra el grupo extremista en agosto pasado. En un ese asalto, el grupo extremista también utilizó Humvees de las fuerzas de seguridad iraquíes.
Los milicianos chiíes han jugado un papel primordial en combatir al grupo suní en otras partes de Irak, pero también han sido acusados por grupos de derechos humanos de llevar a cabo ataques de venganza contra ciudadanos suníes, acusaciones que niegan los comandantes.
El Estado Islámico y otros extremistas suníes consideran herejes a los chiíes y creen que merecen morir.
Mientras, la misión de la ONU en Irak informó el lunes que más de 1.031 personas murieron y 1.648 resultaron heridos por la violencia que asoló al país el mes pasado.
Las cifras de la ONU mostraron que 665 civiles y 366 integrantes de las fuerzas de seguridad iraquíes murieron en mayo. Bagdad fue la provincia más afectada, con 343 muertos y 701 heridos.
Al anunciar la cifra de víctimas, la misión señaló que la acción militar por sí sola no es suficiente para derrotar al grupo islámico e hizo un llamado para compartir el poder entre los grupos sectarios y étnicos de Irak.