La guerrilla de las FARC aceptaría la posibilidad de que sus miembros paguen una pena de reclusión en un lugar distinto a una cárcel tradicional, según una entrevista divulgada el domingo.
Si en el marco de la Comisión de la Verdad _la instancia para esclarecer los crímenes_ se acuerda que «hay que buscar una fórmula de ir a un escenario de ese tipo (un reclusorio especial), seguramente lo vamos a tener en cuenta», sostuvo en entrevista con el diario El Tiempo el jefe rebelde alias Pastor Alape, uno de los negociadores de las FARC en la mesa de La Habana.
Alape criticó, sin embargo, que la privación de la libertad sea la única salida que se considere en un proceso de paz. Para él se trata de una solución «de rencor, de venganza».
Las penas que se impondrían a los guerrilleros por sus crímenes, tras una eventual desmovilización, ha sido uno de los asuntos que ha frenado las conversaciones entre el gobierno del presidente Juan Manuel Santos y las FARC, según han reconocido las partes.
En diferentes escenarios, los rebeldes han afirmado que no están dispuestos a pagar «ni un día de cárcel». Estas declaraciones han desatado fuertes críticas entre la opinión pública y lo sectores políticos que se oponen al proceso, como el liderado por el ex presidente Álvaro Uribe (2002-2010).
El jefe de la delegación guerrillera, alias Iván Márquez, dijo precisamente en jornada al diario El Espectador que «el tema de la justicia se atravesó como una mula muerta en el camino de los acuerdos».
Señaló también que las negociaciones que iniciaron en noviembre de 2012 «atraviesan una turbulencia», luego de que el gobierno lanzara varios bombardeos en los cuales han muerto más de 40 rebeldes en reacción a un ataque mortal de las FARC contra un comando militar en abril pasado.
A la fecha, las partes han alcanzado en Cuba acuerdos parciales sobre asuntos agrarios, participación política y lucha contra el narcotráfico. Discuten ahora el resarcimiento de las víctimas.