Desde tempranas horas de este lunes, un numeroso grupo de trabajadores del Instituto Autónomo de Servicios Públicos del Municipio Palavecino (Iaspmupal), se reunieron en la sede de la Hacienda Tarabana, a objeto de efectuar una asamblea con miembros del sindicato con el propósito de reclamar una serie de reivindicaciones contractuales incumplidas.
Los trabajadores declararon a los medios de comunicación que laboran en condiciones críticas, sin equipos de protección, ni uniformes, “porque en dos años, hemos mos recibido la respectiva dotación dos veces”.
En tal sentido Roger Godoy, representante sindical, indicó que los trabajadores se someten a numerosas enfermedades por el contacto permanente con los desechos residenciales, por tanto, la dotación de equipos de seguridad de vital importancia y no se cumple tal como lo establece la norma.
Dijo que el caso más dramático se observa con los obreros de la cooperativa subcontratista de Iaspmupal, “compañeros que realizan el barrido del municipio en chancletas, sin máscaras ni lentes de seguridad, mas el que reclame lo botan”.
Se cansaron de la estafa
La protesta la desencadenó, según versión de los trabajadores en asamblea, el cobro incompleto de la jornada laboral, el pago suspendido del bono de asistencia y productividad, y la cancelación tardía del Bono de Alimentación.
Catalogaron como una estafa los pagos incompletos por parte de Iaspmupal y la cooperativa, cuyo nombre comercial no pudieron revelar, toda vez que cada mes es cambiado, “y así aparece en los cheques”.
Advirtió Guadis Linárez, que más de 40 trabajadores están subcontratados por esta cooperativa “que misteriosamente cambia mensualmente el nombre comercial, para no generar pasivo laborales”
-El trato del caporal y del encargado de estas cooperativa es grosero y altanero, y no hay una semana que cobremos completo porque siempre nos roban uno o dos días, igual ocurre con los bonos, acentuó.
Suspendidos los bonos
Moisés Herrera acotó que hay trabajadores que cobran semanalmente 366 bolívares trabajando hasta los domingos, cuando lo normal estaría sobre los 600, es el caso de Moisés Centeno.
-Nos quitaron las horas de sobretiempo y el bono de 500 bolívares por asistencia, expresó Eliecer Véliz.
No hay indemnización
Rigoberto Pineda pidió, en condición de préstamo, dos mil bolívares para comprarle los útiles escolares a sus hijos, pero se los negaron.
Apuntó que hace un año, dos trabajadores del instituto perdieron la vida y aún sus familiares esperan la indemnización de ley: “Los tienen engañados”. Iván Galíndez exhibe un tumor en la ingle debido a al esfuerzo diario que realiza en el trabajo, “pero Iaspmupal se niega a cancelar mi operación alegando que la enfermedad no es laboral, descontándome los días de reposo”.
Fotos: Luis Alberto Perozo Padua