El proceso, de “apertura petrolera” hay que ubicarlo en el marco de las políticas económicas que se implementaron a partir de 1989 y que teniendo como base los principios de la economía liberal establecieron la necesaria apertura al comercio internacional, la disminución del peso del estado y el incentivo de la actividad privada. La apertura petrolera representaba una transformación radical de la política petrolera tradicional venezolana centrada fundamentalmente en el carácter nacional del mismo.
Desde el propio nacimiento de la industria petrolera, frente al poder hegemónico de las grandes empresas petroleras (Las Siete Hermanas, que tenía a la Exxon de los Rockefeller a la cabeza), que impusieron leyes y gobiernos a su antojo, paralelamente surgió en el país un sentimiento de defensa y nacionalismo en pro de reservar para la nación los mayores beneficios de la explotación petrolera.
Desde el propio entreguismo gomecista se levantó la voz de Gumersindo Torres, luego vendría Manuel Egaña, el presidente Medina Angarita, el Pentágono Petrolero de Pérez Alfonzo. Así llegaríamos al nacimiento de la OPEP en 1960, para enfrentar internacionalmente al imperio petrolero, en 1975 llegaría la nacionalización petrolera, que fue truncada y traicionada por la camarilla adeca de CAP, que allí incluyeron el artículo quinto que abría las posibilidades a futuras negociaciones con las compañías extranjeras y fue el mecanismo que posibilito nuevamente a CAP- en su segundo gobierno- la apertura petrolera.
En términos estrictamente técnicos la apertura petrolera representa la asociación con compañías internacionales para desarrollar áreas de la industria. En un primer momento la apertura se refirió al proyecto gasífero Cristóbal Colón, lo cual fue sólo el pretexto para iniciar una política entreguista de nuestro recursos, fundamentalmente sobre la Faja del Orinoco, el reservorio petrolero más grande del mundo. La apertura para la expansión petrolera se planteó sobre la expectativa de un crecimiento acelerado de la demanda mundial, caída de la producción de los no OPEP y un supuesto pacto hemisférico (fundamentalmente con los Estados Unidos), que garantizaría a Venezuela la señalada expansión. El sueño de los aperturistas era llevar nuestra producción a 10 millones de barriles diarios en el 2007, así lo harían por igual, Arabia Saudita, Irak, Irán, y el resto de los productores, llevando a precios irrisorios de 7 y 8 dólares el barril en 1998, a la llegada de Chávez al poder.
La apertura petrolera- que nace en el segundo gobierno de CAP- realmente fue aplicada a partir de 1996 en el segundo gobierno de Caldera, quien a pesar de llegar al gobierno con un discurso populista, recogiendo el malestar popular -sobre todo a partir de los sucesos de 1992- con un discurso claramente adverso al neoliberalismo , sin embargo, a partir de este año con la llegada de Teodoro Petkoff al Ministerio de Economía y con la Agenda Venezuela comienza el periodo que no hemos dudado de calificar como el de mayor entreguismo a los intereses extranjeros, porque a diferencia Gómez-y sin pretensiones de defensa- tuvo un contexto totalmente desfavorable, sin ninguna experiencia ni capitales y sobretodo frente a la doctrina imperial del Gran Garrote de Teodor Roosvelt., que tuvo como principal aliado a la Exxon y a los Rockefeller. Continuará…