Para los usuarios frecuentes de la intercomunal Florencio Jiménez, sobre todo del transporte colectivo, no resultó sorpresa que este martes, una vez más, miembros de una comunidad la cerraran durante varias horas para reclamar atención de autoridades.
En esta ocasión la protesta estuvo a cargo de habitantes del sector Buenos Aires, en el kilómetro 17, quienes desde las primeras horas de la mañana colocaron obstáculos en las capas de rodamiento impidiendo el tránsito automotor en ambos sentidos.
Para las diez, el congestionamiento automotor era gigantesco, con gran ca ntidad de conductores de vehículos de todo tipo esperando pacientemente que alguna autoridad se presentara para ofrecer soluciones a los problemas de las familias.
“Los malandros nos tienen a monte, nos roban todos los días y no tenemos protección de la policía ni de la Guardia Nacional; no aguantamos más”, dijo Lilian Patiño, una de las habitantes de Buenos Aires.
Otra habitante de la zona explicó que semanalmente ocurren hasta quince hurtos en los que se llevan ropa, zapatos, electrodomésticos, hasta neveras y lavadoras, y se sienten impotentes para hacerles frente porque andan armados con revólveres o pistolas.
Moradores de Buenos Aires recordaron que el año pasado también cerraron la autopista por la misma causa y en el entonces CORE 4 de la Guardia Nacional, les prometieron patrullaje pero todo se quedó en promesas.
“Tendremos que salir a protestar las veces que sean necesarias hasta que la Policía Nacional Bolivariana, Policía de Lara o la Guardia Nacional hagan algo para que los ladrones no sigan robándonmos las pocas cositas que tenemos”, afirmó Patiño.
Un oficial de la PNB acudió al sitio de la protesta para tratar de convencer a los manifestantes de la necesidad de reabrir la vía, aunque fuese un canal de cada lado, pero sus gestiones resultaron infructuosas ya que la mayoría exigía la presencia de una autoridad de mayor jerarquía.
Conforme avanzaban las horas crecían las colas de autos, busetas, autobuses, camiones y gandolas.
Algunos optaban por regresarse para tomar la antigua vía a Carora, las recordadas curvas de San Pablo, que, pese a no recibir el necesario mantenimiento para ser utilizada una alternativa para casos como ese, aún se encuentra transitable.
Quienes así lo hicieron consideraron necesario que en ocasiones como la del martes, cuando se incrementa el tránsito automotor por las curvas de San Pablo y Pavia, se implementen recorridos policiales con el fin de brindar seguridad a los viajeros.
El tránsito automotor estuvo cerrado en la Florencio Jiménez hasta el mediodía, momento en que los habitantes de Buenos Aires recibieron otra promesa de buscarle solución a su problemática a través de un organismo policial.
