Por sus dimensiones dos reformas a los sistemas de relaciones de trabajo copan el interés del mundo del trabajo en Iberoamérica.
En el caso de Venezuela tras 11 años de mora legislativa, ya que debió asumirse por mandato constitucional en agosto de 2001 y respecto a España ante la grave recesión económica que impacta al mercado laboral con un 22% de desempleo general, de un 40% en la juventud, y un déficit fiscal abrumador de la gestión del recién nombrado Presidente del Gobierno Mariano Rajoy, victorioso en las elecciones legislativas el 20-11-2011.
Las políticas laborales adoptadas por Rajoy también Presidente del Partido Popular, partido de la derecha española heredera del franquismo, han establecido una reforma desreguladora de las relaciones de trabajo, al dotar de discrecionalidad absoluta al patrono para el despido, disminuir las indemnizaciones por despido, como también reducir los salarios a todo nivel por baja productividad, condicionando los contratos colectivos existentes a esta nueva normativa.
Este nuevo contexto laboral ha determinado la respuesta inmediata de Comisiones Obreras y la UGT, las centrales sindicales mas importantes de España, manifestándole al Jefe del Ejecutivo español, “ud. ha dinamitado las relaciones laborales”, por tanto convocaron a movilizaciones a 300.000 afiliados en 40 ciudades de ese país. Entre tanto el Presidente español reconoce a los sindicatos y no descarta incluso que le convoquen a una huelga general ante el reclamo inmediato de los gremios en el sentido que revise de inmediato la reforma laboral impuesta sin diálogo previo.
Estamos en presencia en el caso español de una reforma orientada a la flexibilización laboral mas expedita, en un contexto de movilizaciones y conflictos signado por el Movimiento de los Indignados de toda Europa, ante la incapacidad de generación de empleos en el continente. Es decir el tema del Empleo y la insolvencia fiscal signa la diatriba entre Gobiernos, Empresarios y Sindicatos, mas allá que no compartamos las políticas laborales del Gobierno español.
En el caso de Venezuela la reforma laboral es extremamente lo contrario, reguladora en toda su esencia, a primera vista la clase trabajadora iría al paraíso con estabilidad absoluta, antigüedad triple, indemnización doble, jornada de 6 hrs. Diarias, obligación patronal privada de ofrecer hospitales, colegios, liceos, dotar de vivienda al trabajador al 4to. Año de labor. Entre tanto los salarios y contratos colectivos los determina el Estado, las huelgas no son permitidas si atentan contra la seguridad de la nación, los sindicatos públicos y de empresas privadas estarán controlados por consejos de trabajadores.
De allí las preguntas cruciales, ¿será posible generar nuevos empleos con un sistema laboral de estas características?¿Mantendremos satisfactoriamente los 4.000.000 de empleos existentes hoy en el sector privado?, ¿el futuro de 7.000.000 de informales y desempleados?¿Cumplirá el gobierno de Chávez con la LOT paraíso, cuando no cumple la actual? Tiene la palabra el sindicalismo libre y autónomo.