Un gran terremoto sacudió una remota zona montañosa de Nepal el martes matando a al menos 36 personas, además de provocar deslaves y derribar edificios menos de tres semanas después de que el país quedase devastado por el peor sismo registrado en décadas.
La información llegaba lentamente a la capital, Katmandú, pero funcionarios y personal de ONGs dijeron que esperan un aumento en el número de víctimas mortales.
En solo unas horas, el gobierno confirmó que el sismo mató al menos a 36 personas e hirió a otras 1.117, dijo el funcionario del Ministerio del Interior Laxmi Dhakal.
Helicópteros de rescate fueron enviados de inmediato a distritos al noreste de la capital Katmandú, que el gobierno cree que fue la zona más golpeada por el temblor de magnitud de 7,3.
El gobierno está teniendo problemas para contactar con personas en esa región, dijo el vocero del Ministerio del Interior, Laxmi Dhakal, pero los primeros reportes señala que hubo daños en los distritos de Sindhupalchowk y Dolkha.
Varios edificios se derrumbaron en la aislada localidad de Chautara, en Sindhulpalchowk, causando al menos cuatro muertos, según el portavoz de la Organización Internacional para la Migración (OIM), Paul Dillion. Un equipo de búsqueda y rescate había empezado ya a buscar entre los escombros de la pequeña población, agregó.
Rescatistas se afanaban en la búsqueda de sobrevivientes entre los escombros en Chautara, que se ha convertido en un centro de organización para la entrega de ayuda humanitaria tras el sismo de 7,8 del 25 de abril que mató a más de 8.150 personas e hirió a otras 17.860 al tiempo que arrasó localidades de montaña por completo y destruyó edificios y lugares de interés turístico. Fue el peor sismo registrado en el país desde 1934.
El temblor del martes se localizó a más profundidad que el anterior, a unos 18,5 kilómetros (11,5 millas) frente a los 15 kms (9,3 millas) de entonces. Los sismos más superficiales suelen provocar más daños.
En un breve espacio de tiempo se registraron al menos seis potentes réplicas, según el Servicio Geológico de Estados Unidos
El aeropuerto internacional de Katmandú, que se ha transformado en un centro para canalizar la ayuda internacional, se cerró temporalmente el martes, mientras que el tráfico rugía en las calles de la capital.
Los primeros informes apuntaban que al menos dos edificios se vinieron abajo en la capital, aunque al menos uno estaba vacío por los daños sufridos en el sismo del pasado 25 de abril. Expertos dijeron que ese temblor provocó daños estructurales incluso en viviendas que no tiró, y muchos podrían estar en peligro de derrumbe.
“El temblor parecía seguir y seguir», dijo Rose Foley, una responsable de UNICEF en Katmandú. “Era como estar en un barco con la mar agitada».
Agencias de ayuda estaban intentando obtener informes de lo sucedido fuera de la capital.
“Estamos pensando en los niños de todo el país, y en los que ya están sufriendo. Esto podría hacerlos todavía más vulnerables», agregó Foley.
“Residentes en la pequeña localidad de Namche Bazaar, a unos 50 kilómetros (35 millas) del epicentro y un lugar muy popular por los excursionistas de alta montaña, dijeron que un par de casas dañadas por el terremoto anterior se cayeron luego tras el del martes. Sin embargo, no hubo informes de muertos o heridos en el pueblo.
“Además, nuevos deslaves bloquearon carreteras de montaña en el distrito de Gorkha, una de las regiones más dañadas el pasado 25 de abril.
“La gente está terriblemente asustada. Todo el mundo salió corriendo a las calles porque tienen miedo de estar dentro de las casas», dijo la secretaria general de la Cruz Roja noruega, Asne Havnelid, a la televisora noruega NRK.
En el hospital Norvic de la capital, pacientes y médicos se apresuraron a salir al estacionamiento.
“Pensé que esta vez iba a morir», dijo Sulav Singh, que corrió con su hija para ponerse a salvo en el suburbio de Thapathali. “Las cosas estaban volviendo a la normalidad y ahora nos pasa esto».
Los nepalíes habían estado aterrorizados por las decenas de réplicas que sucedieron al gran movimiento telúrico de abril. El empobrecido país pidió miles de millones de dólares de ayuda a la comunidad internacional, además de la asistencia de expertos medicos para tratar a los heridos y helicópteros trasladaron alimentos y refugios temporales para los cientos de miles de personas que se quedaron sin hogar en medio de la temporada de lluvias.
Tras el terremoto del martes, Dillon dijo que vio a un hombre en Katmandú que claramente había salido corriendo de la ducha con champú todavía en la cabeza. «Estaba sentado en el suelo, llorando», contó.
Al otro lado de la frontera con Nepal, el temblor se sintió con fuerza en las regiones tibetanas de Jilong y Zhangmu, y de forma más sensible en la capital, Lhasa.
El vicegobernador del condado de Jilong, Wang Wenxiang, fue citado por el China News Service diciendo que «cayeron piedras de las montañas» y que “podría haber algunas casas caídas o dañadas. Ahora estamos comprobando el estado de la gente».