Aunque las elecciones primarias en la totalidad de los circuitos pareciera ser lo más democrático y así lo han planteado destacados dirigentes independientes de la oposición, con la inscripción de 120 candidatos unitarios, que participarán en las elecciones primarias, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), se alcanzó o produjo uno de los hechos políticos más importantes del momento crítico que atraviesa el país, y le abre un claro camino a la victoria de la Alternativa Democrática en las elecciones de finales de este año, según políticos y analistas de gran experiencia en este tipo de contienda electoral.
El éxito de las elecciones primarias para escoger 42 candidatos a diputados a la Asamblea Nacional, de la Alternativa Democrática, se puede considerar no sólo como el primer paso importante para que el electorado participe directamente en la selección de sus candidatos, sino también como un ejemplo de que la Mesa de la UNIDAD DEMOCRÁTICA acertó al aprobar unas reglas en las que se contemplan varios métodos o formas de elección, para consolidar la unidad de decenas de partidos políticos, organizaciones no gubernamentales (ONG) y gremios estudiantiles y profesionales.
Las reservas de muchos observadores e incluso veteranos de otrora frustraciones en disputas internas, para escoger candidatos por el método de las primarias, no sólo por el costo de las mismas, sino también, y esto era lo más grave, por la descalificaciones de los candidatos entre sí, que al final los resultados dejaban ciertas heridas y resentimientos políticos, que ponían en peligro la Unidad de los partidos, fueron disipadas. Y aunque es posible que las primarias dejen alguna estela de disgustos en aquellos que no resultaron ganadores, el objetivo de la Unidad para concurrir a las elecciones convocadas por el CNE para este año, obligará a superar los momentos difíciles que conlleva toda derrota.
Este importante eslabón en lo que debe ser una cadena de éxitos en el futuro inmediato, requiere de una profundización de la conciencia democrática, que se extienda a otros sectores de la sociedad que históricamente se han negado a votar, y que convenza a importantes grupos e individualidades del chavismo, acerca de la sinceridad y firmeza para defender una política de reconciliación nacional, de respeto a los derechos del adversario y de búsqueda de un clima político para trabajar juntos por el bienestar de la mayoría de la población, golpeada por la inflación, la inseguridad, el desempleo y la falta de vivienda, y de todos los derechos individuales y sociales que establece la Constitución de 1999.
Y como la democracia se construye todos los días, con el ejemplo y el actuar políticos, la mesa parece servida, pero el mandado no está hecho todavía, se requiere consolidar la unidad, en un sistema de relación civilizada, como el que ha imperado en la oposición, que la ha convertido en Alternativa Democrática. Los inevitables descontentos individuales porque perdieron en las primarias o no fueron seleccionados por consenso, deben incorporarse a la campaña por el triunfo de los candidatos ya elegidos mediante las reglas aprobadas por unanimidad de los integrantes de la Mesa de la Unidad Democrática. Si alguien se postula por iniciativa propia, por ambición personal, podría ser duramente castigado por los electores.