El presidente norteamericano Barack Obama, obtuvo un gigantesco triunfo diplomático en la recién finalizada Cumbre de las Américas en Panamá. Logró desactivar la bomba del antiimperialismo de siempre. Dejó que los viejos fantasmas de las frustraciones viscerales, fueron expelidos por mandatarios infectados por los cuentos de la cripta. Las lúgubres historias que demuestran que su fracaso tiene la excusa perfecta de ser endosada a los Estados Unidos. Su discurso los descocó; logrando que mordieran el polvo de la derrota. Su estrategia fue una muestra de inteligencia sin límites.
Llegó a Jamaica para reunirse con el Caricom, les mostró una nueva hoja de ruta para liberarse del chantaje venezolano, dándoles la posibilidad de financiamiento en proyectos de nuevas formas de energía. Se mostró cercano al recorrer sitios emblemáticos con la naturalidad de un hombre con una sencillez que cautiva. En la cumbre su alocución es de colección. Fue a proponer futuro con crecimiento económico. No cayó en el redil de la emboscada, con seis referencias bien atildadas los fulminó a todos; nuestros pueblos vieron entonces al más importante líder del mundo tratarlos como iguales. Un hombre de su importancia interesado en luchar por lograr el despegue de la región, sin invasiones ni el denigrante aullido del imperio desgarrando a su presa. Vino a coadyuvar esfuerzos con la meta puesta en el desarrollo. Logró que Cuba prácticamente se rindiera. Raúl Castro terminó alabándolo y exculpándolo del pasado, el atrasado gobierno antillano le asestó un duro revés al presidente Nicolás Maduro. Al reconocer que era un hombre honesto, admitió que sus medidas tienen la catadura de un funcionario de bien, por lo cual el acercamiento con ellos y las medidas restrictivas en contra de siete funcionarios venezolanos gozan de toda validez. El mismo Castro volvió añicos a las firmas fraudulentas.
Obama le dio la alternativa a Raúl para que este procediera a matar al toro ensogao de Miraflores. No necesitó ni siquiera mencionarlo, los intereses antillanos de supervivencia se encargaron del devenido en presidente. Al reunirse con Obama obligó a Maduro a aguardar en el pasillo como un fans enamorado en la búsqueda de un autógrafo de su artista favorito, es vergonzoso que el dignatario de un país tenga que andar rogando por un saludo de alguien del cual despotrica a cada instante.
El discurso de Nicolás Maduro impresentable. Un absoluto fiasco que nos costó millones de dólares en una gran comitiva. Llevaron tres mil personas que alojaron en lujosos hoteles. Obama acudió con veinte especialistas y su servicio secreto. Mientras Cuba quiere cambiar de la mano de Estados Unidos, nosotros recorremos el camino del aislamiento total. Una especie de Corea del Norte sin mayor conexión con el mundo productivo. Consumiéndose en la propia salsa de una ideología primitiva sostenida en el culto a la personalidad de un fraude cautivante. Es la última vez que países con la dimensión política de Argentina y Brasil acompañan estas barrabasadas. Otros están hartos de los chantajes de quien cada día tiene menos petróleo para comprar.
Obama coronó una gran faena. Desde los tiempos de John Fitzgerald Kennedy, Estados Unidos no contaba en la región con un presidente que despierte tantas simpatías. Hará una visita histórica a Cuba. Estamos seguros que las calles se desbordarán recibiendo a su héroe. El hombre que los sacará de la oscuridad de la miseria, quien acabó de cuajo con sus históricos personajes colocados en los nichos de sangre…
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