Muchos la llaman la Pelea del Siglo, pero otros consideran que es demasiado arriesgado calificar así el tan esperado combate del 2 de mayo en Las Vegas entre Floyd Mayweather y Manny Paquiao, cuando aún le quedan 85 años a la centuria.
Entonces, ¿qué hace grande a esta pelea? Muchos detalles, dentro y fuera del cuadrilátero, y una montaña de dinero. La cifra más grande jamás vista en un combate de pugilismo.
Será la pelea que más dinero genere, la más vista y la más publicitada en toda la historia del boxeo. Por eso sería más correcto decirle Megacombate que Pelea del Siglo.
Más allá de quien sea el ganador, y se corone campeón unficado peso welter de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), el Consejo Mundial (CMB) y la Organización Mundial (OMB), se calcula que el combate generará un total de 1.000 millones de dólares, la cifra más grandes jamás alcanzada por una pelea.
La bolsa final para los púgiles rondará los 300 millones, el 60% de los cuales será para Mayweather y el 40% para Pacquiao.
Las 1.000 entradas que se pusieron a la venta al público volaron en minutos, a precios que fueron desde 1.500 hasta 7.500 dólares. El resto de los 15.500 lugares en la arena se repartieron entre Mayweather y Pacquiao, patrocinadores y promotores de la pelea.
Una entrada de reventa en internet se ofrecía el sábado a 140.000 dólares, lo que cuesta una casa en varios lugares del centro y este del pais, o un auto de lujo.
Historia de un tsunami mediático
El megacombate enfrenta a los dos boxeadores más populares del mundo, los dos mejores de peso welter y seguros miembros del Salón de la Fama, quienes han estado seis años desojando la margarita en una batalla mediática seguida por millones de fanáticos.
Desde que el 5 de diciembre de 2009 la cadena ESPN informara que Pacquiao había firmado un contrato para pelear contra Mayweather el 13 de marzo de 2010, algo que después el filipino negó, los rumores comenzaron a rodar convirtiéndose en un provechoso tsunamí mediático, que ha permitido venderla a 150 países.
Algo que hace único a este combate, y que marcará pautas para el futuro, es que primero se libró en las redes sociales ante de pasar al encordado.
El encuentro, nada fortuito, que sostuvieron el 27 de enero de 2015 Mayweather y Pacquiao durante un partido de la NBA en Miami, llegó primero a los casi 5,3 millones de seguidores que tiene Floyd en Instagram y los poco más de 1,76 millones de Manny en Facebook, que a los ejecutivos de las dos cadenas involucradas en esta pelea: HBO y Showtime.
La alianza entre los dos feroces competidores en el negocio del cable premium es algo que también hace especial a este combate, aunque no único.
Ya una vez unieron fuerzas para sacar una jugosa tajada de la pelea de 2002 entre Lennox Lewis, bajo contrato con HBO, y Mike Tyson, peleador de Showtime, por el campeonato mundial de peso completo.
Ambas cadenas esperan que en Estados Unidos al menos tres millones de hogares compren la pelea en el Pague Por Ver (PPV), una cifra que superaría el récord 2,15 millones recaudados por el combate entre Mayweather y Oscar De La Hoya el 5 de mayo de 2007, en este mismo escenario del MGM Grand de Las Vegas.
Mayweather y Pacquiao, un legado
Las personalidades opuestas de los dos contendientes, y a la vez, lo similar que ha sido su lucha contra las adversidades de la vida, le dan un toque especial al pleito.
Ambos salieron de hogares humildes y disfuncionales, para labrarse su propio camino con una disciplina y fuerza de voluntad que sólo tienen los privilegiados de la historia.
Mayweather anda tras el récord de otro boxeador icónico, Rocky Marciano, quien murió invicto dejando una foja de 49 victorias sin derrotas. Pacquiao quiere trascender en la historia de su país como el chico humilde que llegó a ser presidente.
«Se trata de legado, no de dinero. Y ambos lo sabemos», ha dicho Mayweather en cada ocasión que se le ha presentado.
El impacto global de este megacombate podría cambiar la historia del boxeo, del deporte, y hasta la del mundo del entretenimiento. Pero será el legado deportivo y humano que dejará, el que realmente se encargará de ubicarlo entre las grandes peleas del Siglo XXI.