“Junto con la devaluación de 2010, Chávez anunció la necesidad de racionar la electricidad. La escasa inversión pública en generación térmica, junto con una sequía causada por el fenómeno climático El Niño, que afectó la capacidad hidroeléctrica instalada , amenazó con no poder satisfacer la demanda de energía. Al aumentarse los apagones, hasta las oficinas y las tiendas debieron cerrar. La industria existente y la economía en general sufrió un daño enorme, lo que redujo el apoyo al gobierno en las encuestas. Como medida desesperada para ahorrar electricidad, el gobierno declaró feriada la Semana Santa entera, tanto para los trabajadores del sector público como del privado. Durante el primer semestre de 2010, los analistas enfocaron su atención en el nivel de agua de la represa del Guri y su planta hidroeléctrica; el nivel del lago detrás de la represa bajaba hacia la peligrosa cota de 240 mts por encima del nivel del mar, punto en el que la mayoría de las turbinas deberían apagarse, lo cual hubiera privado al país de su principal fuente de energía. El sector termoeléctrico también entró en crisis. Apenas una de las cuatro unidades de Planta Centro, la principal planta termoeléctrica del país, se encontraba operativa –y evidenciaba fallas eléctricas, lo cual causaba mayor presión sobre las demás plantas del país.
El mal tiempo explica una parte de la crisis sufrida en electricidad. Pero también contribuyeron a ella tres factores que marcan la economía política de Chávez: el descuido de la inversión, la incompetencia y la tolerancia de la corrupción entre quienes la manejaban. Un ejemplo de la tendencia del gobierno de descuidar la inversión en infraestructura, es que a pesar de las alertas, se despreocupó por hacer las inversiones en el sector eléctrico hasta que ya era tarde. Es más, la corrupción hacía daño a las operaciones de reparación. Se cree que muchas de las facturas por equipos de electricidad llevaban sobreprecios, lo cual permitía a los funcionarios que realizaban los pedidos embolsarse parte importante de los pagos. Aparentemente, los funcionarios hacían pedidos sin consultar con ingenieros, lo que llevaba a la adquisición de equipos inservibles, que permitían el enriquecimiento de los actores involucrados. De modo que, en 2010, un país rico en energía se oscureció a causa del tiempo y de las prioridades políticas del gobierno, de favorecer el consumo sobre la inversión y aplicar el peso de la ley principalmente a sus enemigos y rara vez a sus amigos”
Este texto es una copia fidedigna de las página 103 y 104 del libro Un dragón en el trópico, escrito por Javier Corrales y Michael Penfold y pubilcado en Venezuela por La Hoja del Norte, en el 2012. Lo hago en defensa de la verdad histórica y del ingeniero Luis Vásquez Corro, perseguido por hablar con la verdad en la mano.