“La fotografía logra el milagro de la eternidad. Es la prueba del haber sido y del seguir siendo contra la voluntad del tiempo”.
Las anteriores líneas de la periodista Violeta Villar Lista, describen, con rigor, la esencia de Rafael Clemente Mendoza Sotillo, conocido en el mundo del periodismo como Tito.
Luego de 65 años sumergido en la fotografía, Tito partió a otras instancias superiores. Se marchó a plasmar imágenes celestiales y contar crónicas en la eternidad, ya no con su cámara Pentax y su libretica repleta de nombres y aconteceres del Barquisimeto añejo.
Tito fue reconocido por el Colegio Nacional de Periodistas, seccional Lara, como uno de sus miembros fundadores, asimismo el Círculo de Reporteros Gráficos, lo acogió en sus filas, nombrándolo incluso, Asociado de Honor.
En un reportaje para la página Gente del diario EL IMPULSO, publicada el 7 de marzo de 2010, Tito reveló entre dientes, dado le desagradaba la lisonja, que muchos fueron los reconocimientos de gremios, instituciones, medios de comunicación, entre otros, pero el que siempre abrigaba en su corazón, era la amistad de grandes profesionales como Francisco Villazán, Elio Otaiza, Enrique de Lima, Oscar Pray, Federico Marchena, Víctor Querales Ugas (Sombrita), Francisco Chávez Chávez, Alfredo Defendini, Luis Pascual Suárez, Carlos Eduardo López, y más contemporáneos: Larry Camacho y Rafael Chávez, sin dejar de reconocer otros profesionales del reporterismo gráfico barquisimetano que a pesar de su prodigiosa y envidiable memoria, se le escaparon entre las grietas de la memoria.
En el mundo periodístico
Tito creció entre un linotipo y un cúmulo colosal de fotografías. Desde muy mozo, sintió una inusitada inclinación por el fotoperiodismo, y aunque el término no se conocía como tal, él entendió que ese era el camino que ambicionaba recorrer. Empezó en el diario Última Hora, luego formó parte de EL IMPULSO, más tarde lo encontramos en El Informador para pasar a Primicia, un periódico deportivo en Cabudare. Junto a Homero Boscán, estuvo en Crónica Metropolitana.
El fotoperiodista Carlos Eduardo López, presidente de la Fototeca de Barquisimeto, narra con devoción que Tito fue, por largo tiempo, el proyeccionista del Cine Rialto.
“Bonachón, solidario, generoso, dado, de profundos valores humanos. Era un adorador del culto mariano, que todos los domingos acompañaba a Oswaldo Silva Morales, presidente de la Sociedad Divina Pastora frente a la iglesia San José en la promoción de las actividades de esta organización. Tito participaba estoicamente a todas las procesiones de la Virgen por Barquisimeto”, asegura Carlos Eduardo López.
Barquisimeto, su lugar de ensueños
Entre sus palabras centrales, López añade que Tito, por siempre estuvo vinculado a Acción Democrática. Fue un personaje representativo de Barquisimeto, por tal razón, era un promotor incansable de Barquisimeto, cuyo imaginario mostró a la ciudad como un lugar de ensueños.
Las gráficas de Tito han llenado las páginas de todos los periódicos larenses. Con orgullo relataba que fue colaborador de revistas nacionales y algunas de sus capturas fueron a parar a diarios de Estados Unidos.