Si los Guaros de Lara (17-7) quieren nadar por aguas tranquilas y garantizarse una clasificación a los playoffs de la Liga Profesional de Baloncesto (LPB) sin mayores tumultos, debe dar algún golpe en la serie de dos encuentros que iniciará esta tarde a la 1.00, en el Parque Naciones Unidas de la capital, contra los Cocodrilos de Caracas (14-10).
Es un momento clave para los crepusculares, que de la mano de su núcleo criollo y con la sapiencia de su cuerpo técnico para la rotación en cuanto a minutos, lograron ganar nueve de sus últimos 10 juegos y con ello apropiarse del segundo lugar de la tabla, diez juegos por encima de .500 y con sólo Marinos de Anzoátegui (20-4) como escollo para alcanzar el liderato.
El hecho de comenzar contra los saurios una seguidilla de ocho juegos contra rivales de la zona alta de la tabla, que incluirá paradas en casa contra Trotamundos de Carabobo (13-9) y Bucaneros de La Guaira (17-8) pero también una espinosa visita a Puerto La Cruz para medir fuerzas contra el acorazado oriental, puede parecer complejo, pero no podría venir en un mejor momento.
Incluso si el equipo jugase para 4-4 y llegase a los últimos cuatro juegos de la temporada con un hipotético 21-11, sólo tendría por delante enfrentamientos ante equipos de la zona baja de la tabla y que para esa altura del calendario quizás ya estarán fuera de carrera, a saber, Toros de Aragua (9-15) en Barquisimeto y Gaiteros del Zulia (3-22) en Maracaibo.
Sin embargo, la oportunidad de hacerle daño a los Cocodrilos de Néstor Salazar en su feudo no es descabellada. Los Guaros barrieron al conjunto de la capital en la primera vuelta en una de sus mejores series en lo que va del campeonato, con triunfos por 84-72 y 88-72 el sábado 28 de febrero y el domingo primero de marzo.
Incluso, en esa serie hubo el mérito adicional de jugar con sólo dos importados, debido a la reciente salida de Jamario Moon que dejaba al equipo con Kim English y Devin Green como únicas opciones foráneas y con los novatos Yohanner Sifontes y Amos Acosta en la planilla de inscritos para jugar, algo que no limitó sus capacidades para defenderse bien y ser eficaz en la ofensiva.
Cocodrilos desgastó demasiado a Carl Elliott y Kris Lang, pareció depender mucho de ellos para producir y padeció por el bajón del exNBA Walter Sharpe, quien pasaría por uno de sus pocos momentos grises del campeonato en aquella visita al Domo Bolivariano.
Esta vez la historia tendrá algunos actores diferentes. Guaros cuenta con el dominicano Luis Flores pero además podría darle sus primeros minutos en la campaña al recién llegado base armador Terrell “Tu” Holloway, quien se incorporó al equipo directo en Caracas tras concluir sus compromisos contractuales en México.
Cocodrilos también estrena un arma, toda vez que la afección que obligará a pasar por el quirófano a Lang y perderse el resto de la campaña, los obligó a recurrir al mercado para contratar al rebotero Rick Jackson, quien jugará por primera vez en la LPB y tiene una nada despreciable experiencia en ligas europeas.
Si Guaros logra mantener su gran desempeño en defensa, incluida la debida protección del perímetro y mantiene en positivo la relación de asistencias sobre pérdidas de pelota, aunado a su poderío en la zona pintada, la división de honores, como mínimo, estará más a la mano.
Último tercio para ser determinantes
Cumplidos dos tercios del campeonato regular, los importados de los Guaros de Lara (17-7) tienen una oportunidad de demostrar su valía en los 12 juegos que restan por disputarse para, en el rol que les ha sido asignado por el coach Néstor “Ché” García, comprobar que pueden ser las piezas idóneas para luchar por el primer título de la franquicia en la Liga Profesional de Baloncesto (LPB).
Cierto es que los Guaros de Lara no tienen historia de la cual vanagloriarse, pero en sus mejores versiones, con aquellos equipos que disputaron las finales de 2005 y 2006, además de una buena base criolla con hombres de experiencia como Diego Guevara, Carl Herrera, Hernán Salcedo o Pablo Machado, aquellos equipos también tenían tridentes foráneos de primer nivel.
Quizás como ninguna otra combinación, son numerosos los buenos recuerdos que dejaron Marcus Hatten, Terrence Shannon y Brant Bailey al asociarse para sacar al equipo del último lugar que ocupan en 2005 a mitad del calendario y lograsen hilar una larga racha de triunfos en casa con la que se metieron a la fiesta de los seis mejores y avanzaron hasta la final, en la que fueron frenados por Marinos de Anzoátegui.
Luego Shannon volvería para combinarse con otro escurridizo base, Cordell Henry y llevar al quinteto a su segunda final consecutiva, aunque en esa ocasión fueron los Trotamundos de Carabobo, entonces dirigidos por Néstor “Ché” García, los que se atravesaron en su ruta a un trofeo.
Este año, la cantidad y calidad de los criollos ha hecho menos preponderante el rol de los invitados, Luis Flores, Kim English y Devin Green, quienes a pesar de tener el cartel de exNBA, sirven de complemento al tándem conformado por Heissler Guillent, Luis Bethelmy, Windi Graterol y Gregory Echenique, llamados “los cuatro fantásticos” y que desde que trabajan juntos en el cinco inicial han rendido importantes dividendos en términos de resultados.
Es precisamente en este tramo, al haber disputado menos minutos que los foráneos de otros clubes y ante la incertidumbre de si deben o no dar paso a otras piezas, que deben destacarse English, Flores y Green. Terrell “Tu” Holloway ha llegado para tomar su puesto y la junta directiva tiene los ojos puestos en el mercado para blindarse.