La activista británica Hayley Okines ha fallecido este viernes a los 17 años de edad, según ha anunciado su madre en su tablón de Facebook. La joven padecía progeria, una enfermedad que hacía que su cuerpo envejeciera ocho veces más rápido de lo normal.
Okines dedicó la mayor parte de su vida a documentar su enfermedad. A los catorce años publicó su primer libro, Old Before My Time (Anciana antes de tiempo), en el que narraba su día a día.
«Te has alejado de nuestra vista, pero nunca de nuestra memoria, te has alejado de nuestro tacto, pero nunca de nuestro corazón. Te echaremos de menos», la ha despedido la Progeria Research Foundation en su tablón de Facebook.
La progeria es una enfermedad rara que toma su nombre de la palabra «proeros», que significa «prematuramente viejos» y que la sufren algunos niños que sufren la mutación de la proteína de la progerina, que acelera el envejecimiento físico.
Los adolescentes que sufren esta enfermedad -uno entre un millón- sufren el envejecimiento de su cuerpo a una velocidad ocho veces mayor que la normal. Además, tienen la piel y los huesos tan frágiles como el papel de seda y suelen morir de un ataque al corazón antes de los 13 años de edad.