El lanzador venezolano Aníbal Sánchez cobra cada vez mayor importancia en la rotación de abridores de los Tigres de Detroit y, ahora que Justin Verlander presenta molestias físicas, su trabajo y el de David Price será fundamental para mantener a flote a un equipo llamado a ser, una vez más, protagonista en la Liga Americana.
En su más reciente salida, el pasado domingo 29, Sánchez ponchó a 10 bateadores en 6.1 entradas, aunque le anotaron cuatro carreras y permitió cinco indiscutibles, pero el mánager Brad Ausmus se mostró satisfecho con lo que pudo ver en el uso de su repertorio y la condición de su brazo de cara a los juegos oficiales.
“Lo que hizo significa que está lanzándola en sus esquinas y que está localizando (los pitcheos)”, declaró Ausmus a MLB.com. “Eso pasa cuando ves a un bateador dejar pasar un pitcheo porque piensa que es bola justo en la esquina de afuera y al final les cantan el strike, así que él (Sánchez) ha estado ubicando sus pitcheos, en especial su recta”.
La principal esperanza de los bengalíes es que Sánchez pueda alcanzar los 200 innings de trabajo en la temporada regular. “Si lo logra, estaré extremendamente feliz”, reconoció el estratega y exreceptor grandeliga. “Creo que estaremos en una buena posición si eso es así. Hablamos de muchas cosas, pero si Sanchy (Aníbal Sánchez) puede mantenerse sano, eso ya nos daría una enorme ventaja”.
De hecho, en su salida previa contra los Nacionales de Washington, también se había sentido muy bien al permitir apenas dos hits en cinco entradas de labor, seis ponches y ningún boleto con apenas 52 envíos al plato. El criollo se sentía en particular orgulloso por su recta de dos costuras y su cutter hacia los dos lados del plato. “Sentí que podía dominar y ubicar bien mis envíos”.
Por eso, en esa salida dominical contra los Filis no hizo sino ratificar su calidad. “Al final, me sentía bien”, aseveró sin ruborizarse. “No sabía cuántos innings iba a trabajar o cuántos más me dejarían quedarme en el juego. Pensaba en siete innings. En ir a sentarme siete veces”.
Dio un solo boleto y, eso sí, permitió tres cuadrangulares junto con esos 10 ponches. “Me sentí especialmente bien con el comando de mi recta. Mostré que podré usarla mucho durante la temporada. No sé cuántos pitcheos hice, pero me sentía bien para continuar. Podía ir a 80 o a 90. No sé cuántos tendré en mi siguiente salida pero al menos físicamente me siento muy bien”. Su total fue 84 envíos.
Ausmus está contento por eso y no duda en decir que Sánchez tiene “el mejor repertorio puro del equipo con solo movimiento y pitcheos. Uno no es líder de efectividad en la Liga Americana sino tiene un repertorio de tal calidad”. Lo dijo en referencia a su liderato de 2013 con 2.57, toda vez que en 2014 las lesiones lo limitaron a 22 aperturas.
La salida de Max Scherzer se notará menos si Sánchez se mantiene al tope de sus condiciones y si Verlander hace lo propio, como los principales respaldos tras David Price. “La gente persigue mi cambio de velocidad, pero ahora estoy usando mi recta en la cuenta para finalizar, en especial si puedo poner mi sinker en las esquinas. Me ayuda a que los bateadores se queden mirando la pelota”, concluye un Sánchez rebozante de confianza.