Los intensos aguaceros que cubren la geografía nacional han respetado la labor agrícola. Contó el asesor jurídico de Fundacebolla, Miguel Duin, que hasta el momento en el municipio Jiménez no se registran pérdidas económicas ni daños en los sembradíos a causa de los aguaceros. “Creemos que en la ciudad ha llovido mucho más fuerte que en el campo. Afortunadamente, no reportamos daños”.
Explicó Duin que la cebolla es un rubro de clima seco que puede contaminarse ante la exposición excesiva al agua y el sol. “Obviamente la producción se ve afectada por las sorpresivas lluvias que están fuera de ciclo. Por ahora no se podría cuantificar el efecto económico de las lluvias porque, las que han caído, no son lo suficientemente fuertes como para declararnos en emergencia. Hay preocupación, pero no se han encendido las alarmas en Jiménez”.
Para quienes trabajan la tierra en Cubiro y el sector Paso Real, las precipitaciones contribuyen al crecimiento de sus plantas. “Los sembradíos de la parte alta resultan beneficiados con las lluvias”, dijo.
De acuerdo con datos aportados por Fundacebolla, los niveles de producción para el año 2012 son bastante alentadores con respecto al año pasado. “A pesar de las circunstancias de inseguridad jurídica y la escasez de insumos, estamos garantizando la producción. Hay bastante siembra, esperamos que la cosecha también sea bastante buena”.
En el Valle de Quíbor se han sembrado mil 500 hectáreas de cebolla. “La producción está garantizada para abastecer las necesidades del mercado nacional”, destacó hace unos meses el presidente de la organización, Juan Carlos Gómez.
En reiteradas ocasiones los productores han insistido en la importancia de que las autoridades oficiales brinden la confianza suficiente para invertir en el campo.
En los últimos meses, las amenazas de expropiación de tierras en Jiménez cesaron considerablemente generando efectos positivos sobre los niveles de producción.
En este contexto, la expropiación de Agroisleña y el deficiente suministro de insumos de Agropatria, vuelve compleja la labor de sembrar y generar alimentos para el país.
Sin embargo, los trabajadores del campo en el Valle de Quíbor, reafirman su compromiso de generar los alimentos necesarios para abastecer la demanda nacional. “Nosotros no sabemos hacer otra cosa más que trabajar y producir alimentos para el pueblo”, recordó Miguel Duin.
Foto: Archivo/ Ricardo Marapacuto