“No es posible que en un país donde hay tanto petróleo y le regalamos tanto dinero a otras naciones para que hagan escuelas, hospitales y complejos deportivos, tengamos que ver escenas tan deprimentes como esta por haberlas dejado sin atención hace mucho tiempo”.
De esa forma se expresó Miguel Goyo, uno de los jóvenes que a diario acude a las antiguas instalaciones derportivas del INAM, en la calle 13 de La Ermita, al referirse al estado en el cual se encuentran a causa de la indiferencia oficial, municipal y regional.
Muchos aún recuerdan cuando hasta hace pocos años acudían a la piscina, canchas de baloncesto o voleibol o al campo de béisbol a practicar algún deporte sin tener que salir de la ciudad porque todo se encontraba allí, en pleno centro.
En la actualidad lo que se observa da vergüenza pues no se justifica que desde la Alcaldía de Jiménez o de la gobernación hayan dejado destruir esas instalaciones.
La cancha de baloncesto carece de cerca y alumbrado, el piso presenta serias fallas y los tableros carecen de cestas. Lo mismo ocurre con la de voleibol.
Aún así todas las tardes acude a ellas una considerable cantidad de niños y adolescentes a entretenerse sanamente.
Pero el peor monumento a la desidia está en la piscina, anteriormente muy concurrida y donde se formaron nadadores que representaron al municipio Jiménez en competencias regionales y nacionales.
La misma está convertida en un reservorio de basura, animales muertos y aguas mal olientes que afectan a los vecinos por ser un criadero de zancudos transmisores de enfermedades.
La instalación requiere de una buena inversión para recuperarla pues la bomba encargada del tratamiento de las aguas, dañada hace tiempo, también debe ser sustituida por otra pues no se considera posible volver a ponerla en funcionamiento.
Con respecto al campo de béisbol, el terreno se mantiene en condiciones aceptables gracias a los mismos deportistas, pero no cuenta con cerca perimetral ni baños ni vestidores.
En el complejo existe un gimnasio que lleva el nombre del alcalde Plaza, pero como siempre está cerrado se desconoce el estado en que se encuentra.
“El alcalde Plaza le puso su nombre al gimnasio pero no ha sido capaz de mandar a reacondicionar este complejo deportivo que tanta falta hace, no sólo a los vecinos de La Ermita sino a todo Quíbor”, dijo el luchador social Nelson Pineda.
Miguel Goyo hizo un llamado a la primera autoridad municipal para que al menos les suministren lo necesario para que la misma comunidad recupere algunas áreas.
“Queremos ponerle luz para que los muchachos puedan jugar durante la noche, al menos temprano, pero ahorita no se puede por la oscuridad y si nos dan lo que se necesita nosotros hacemos lo que podamos porque lo necesitamos”, afirmó Goyo.
Como Pineda y Goyo existen otros vecinos de Quíbor dispuestos a hacer una cruzada para que algún organismo, alcaldía o gobernación, realicen un diagnóstico de la situación del complejo deportivo, elaboren un proyecto y determinen la inversión a hacer para que en unos meses, si surge voluntad política, el mismo pueda estar de nuevo al servicio de los niños, adolescentes o jóvenes de Quíbor que necesitan de escenarios como esos para, a través del deporte, escapar a la constante amenaza de las drogas y otras prácticas perniciosas.
Fotos: Luis Salazar
