Mi comandante, si la sangre huele mal estoy herido.
No, no es que salté la talanquera y me pasé para el gobierno, no. Tampoco es que me he convertido en revolucionario comunista, no. Ni antimperialista ni nada que se le parezca, no. Ni tampoco es que creo en el cuento que nos está vendiendo el gobierno de ataques de marines, de violación de nuestra soberanía y de que el tal decreto es en contra del pueblo venezolano. No, bien lejos con eso.
Es que no debemos aceptar que los gringos vengan a meter sus narices en este despelote que estamos viviendo, a darles armas a estos comunistas trasnochados para justificar su tremenda incapacidad en el manejo del país. Ya conocemos la experiencia de Cuba, donde metieron sus narices, decretaron un bloqueo y atornillaron a la dictadura comunista de los Castro hasta nuestros días. Todos los males de Cuba que fueron, son y siguen siendo muchísimos, los Castros se los endilgan al bloqueo norteamericano y buena parte de los cubanos se tragan ese embuste. Ya antes de que el afrodescendiente que preside la primera potencia del mundo se le ocurriera, y es probable que haya tenido buena información para haberlo hecho, pasara su orden ejecutiva (EO por sus siglas en inglés), ya aquí estamos pasando de los 200 mil muertos en lo que va de era chavista, sin que haya guerra alguna. Igualmente tenemos ya más de año teniendo que hacer colas, inmensas colas, para poder adquirir, o “adquerir” como dijera el comandante supremo y eterno, los productos de primera, segunda y tercera necesidad. Y la inflación nos está devorando desde hace ya bastante tiempo y el bolívar, otrora moneda fuerte, se ha convertido en un papel que todos quieren convertirlo en otra cosa. Antes de la EO el presidente heredero tenía su popularidad en el subsuelo. En fin de que antes de que míster Obama se “dignara” ocuparse de nosotros este país está a punto de caramelo. Nada funciona, nada sirve, no hay nada, vamos rumbo al gran desastre nacional.
Señores yanquis no podemos decirles “go home”, porque tengo entendido que a ustedes los botaron de aquí desde hace tiempo; recuerdo cuando el teniente coronel felón, hoy difunto, en un ataque de histeria, en un mitin, les dijo “yanquis váyanse para el carajo”. Todos temblamos, no porque amamos a estos musiues, sino porque pensamos que no le íbamos a seguir vendiendo petróleo y eso si nos iba a llegar directo al estómago. Pero menos mal que la cosa no pasó de allí y pudo más el “verde cariño” que el rojo rojito.
Ellos agarraron sus macundales y se fueron y le dejaron sus oficinas a los cubiches. Otro buen negocio para el octogenario comandante Fidel. Pero si podemos decirles, y en eso acompañamos al psiquiatra alcalde, “Obama deroga el decreto ya” y me atrevo a animar a toda la oposición democrática a que acudamos a las plazas bolívar del país a firmar esa petición. Creo que sería el gran golpe que le daríamos al gobierno del heredero. Le estaríamos quitando su gran carta. Le estaríamos chalequeando su juego. Quedarían nuevamente desnudos, sin argumentos para justificar el desastre de su gestión. Le quitaríamos las banderas de ese patrioterismo fascistoide y del nacionalismo hitleriano. Y no le permitiríamos que cogieran piedra para la gran derrota que tienen segura en las elecciones parlamentarias, que se supone deben realizarse este año. Así que Obama, please, agarra tu Executive Order y guárdala en tu bolsillo.
