La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) manifestó este miércoles su «preocupación» ante la muerte de Rodolfo González, quien se encontraba detenido en una cárcel de Venezuela por su participación en protestas antigubernamentales de 2014
González, de 63 años y acusado por el gobierno de ser responsable por la logística de las protestas, se suicidó en la madrugada del viernes en una prisión del servicio de inteligencia (SEBIN), de acuerdo con informaciones oficiales.
Su abogado defensor, José Vicente Haro, detalló que González estaba «angustiado por su traslado a una cárcel común, con reos de alta peligrosidad», lo que habría influido en su decisión de quitarse la vida «porque su delicado estado de salud no le permitía soportar esas condiciones» de encarcelamiento.
La CIDH «observa con preocupación que esta muerte se produjo en un contexto en el que se han dado numerosas denuncias públicas (…) respecto de las condiciones de reclusión en las que se mantiene a las personas detenidas en el Sebin, y sobre el presunto uso de torturas y tratos crueles, inhumanos y degradantes».
Para la CIDH, los Estados tienen la responsabilidad de buscar «las condiciones mínimas compatibles con la dignidad humana en los centros de detención».
En una nota oficial, la Comisión registró que el Ministerio Público venezolano «comisionó a la Fiscalía que investigue las circunstancias de esta muerte, y urge al Estado a continuar esta investigación de manera diligente, imparcial y eficiente».
Las prisiones venezolanas están consideradas entre las más violentas y sobrepobladas de América Latina.