El primer día de la entrada en vigencia del nuevo sistema tarifario en el transporte colectivo urbano de Iribarren y Palavecino se cumplió sin problemas, salvo algunas divergencias con conductores de rutas de la zona norte.
Como es conocido, a partir de este martes la tarifa en las rutas urbanas ascendió a 13 bolívares, con un incremento, también del 30% en horarios nocturnos.
Los conductores, salvo algunas excepciones, respetaron la cantidad fijada, aunque no faltaron aquellos que pretendieron olvidar el vuelto cuando el pasajero no entrega la cantidad exacta, como sugirió la directora de la AMTT, ingeniero Norah Farías.
“Hasta ahora no hemos tenido ningún problema, aunque sería bueno que colocaran en cada buseta listas con los precios que uno debe pagar, sobre todo en las rutas del norte, que no todas tienen el mismo precio”, manifestó Antonio Rodríguez, quien acababa de bajar de una unidad.
Farías, durante su rueda de prensa del lunes, prometió las colocación de la lista de rutas con sus correspondientes nuevas tarifas en el portal de la alcaldía de Iribarren, y en las unidades, pero eso no había ocurrido hasta el martes.
Pero si bien en las rutas organizadas no hubo problemas, de acuerdo a algunas denuncias, sí surgieron en los “rapiditos piratas”, que no tienen control alguno por parte de las autoridades municipales.
Se temía que se presentarían encontronazos entre usuarios y conductores de “rapiditos” en horas de la noche, cuando algunos transportistas aprovechan la falta de vigilancia de las autoridades para tratar de especular con las tarifas, queriendo imponer las que consideren más provechosas para sus intereses.
Si bien los usuarios están resignados a pagar los nuevos precios, para muchos representa olvidarse de los almuerzos familiares ante la imposibilidad de poder cancelar cuatro pasajes diariamente para comer en casa en el mediodía.
Emperatriz Vargas, una empleada residenciada en El Trompillo, que trabaja en el este de Barquisimeto, está obligada a utilizar dos rutas para llegar.
Eso significa que ahora debe invertir 26 bolívares en la mañana y otros 26 en la tarde para regresar a casa, pero si decidiera almorzar con su familia tendría que agregar otros 52, lo que sumaría un total de 104 bolívares, lo que significaría la inversión de gran parte de su salario diario que llega a 189.
“Nada, que tengo que traerme mi comidita y almorzar en el trabajo para que me quede algo del sueldo”, dijo.