Manejan venganza en asesinato de joven frente a escuela en San Francisco

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Erick Javier Gómez Pernalete fue acribillado de cuatro disparos la noche del lunes en el barrio San Francisco, parroquia Juan de Villegas, al oeste de Barquisimeto, frente a la Escuela Juan Manuel Aldao.

Erioska Gómez, hermana del joven, comentó que Erick llegó a su casa en la carrera 2 con calle 2-A, luego de haber trabajado como caletero en la empresa Monaca ubicada en la Zona Industrial. El joven, luego de cenar, salió a caminar por el sector y cuando pasaba por la esquina de la carrera 3 con calle 9, fue tiroteado frente a la escuela Juan Manuel Aldao a las 8:30 de la noche, por varios hombres. Otra versión dice que estaba parado en la esquina de la carrera 3 con calle 9 con unos amigos, cuando lo atacaron. Se conoció que nadie más resultó herido. Erick Javier recibió dos impactos de bala en la cabeza y dos en el pecho. “Le dispararon para robarlo, pero cuando los vecinos escucharon las detonaciones los ladrones huyeron sin llevarse nada para que no los vieran”, agregó Ligia Rodríguez, tía del joven.
Óscar Gómez, el padre, comentó entristecido que estaba dentro de la casa cuando escuchó unas detonaciones y salió para ver de qué se trataba. “Cuando salí a la calle un vecino que corría hacia mi casa me dijo que a mi hijo le habían disparado”.

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El padre se aproximó al lugar, pero cuando llegó ya el joven estaba muerto, tendido en medio de la vía, en posición boca arriba. Un montón de curiosos llegó al sitio, para ver el cuerpo, pero nadie contó cómo ocurrió el crimen. Funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas llegaron al lugar, levantaron el cuerpo, lo llevaron a la morgue del Hospital Central Antonio María Pineda. Los pesquisas iniciaron las investigaciones y manejan como móvil la venganza aunque no descartan ningún otro móvil.

Hombre trabajador

El papá dijo que la zona se ha vuelto peligrosa y que el resguardo policial es casi nulo. Exigió que se haga justicia porque se trataba de un hombre sano, trabajador que se dedicaba a su hija de tres años y esposa.

Foto: Simón Orellana

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