Venezuela sufre una «sistemática violación de derechos humanos», denunció este jueves Mitzy Capriles, esposa del opositor alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, encarcelado desde febrero, tras encuentros con políticos en Madrid, donde recibió el apoyo de partidos de izquierdas y derechas.
«El hecho de ser disidente u opositor en nuestro país significa llevar cárcel», afirmó Capriles denunciando el «arbitrario encarcelamiento» de su marido, que el 19 de febrero fue sacado de sus oficinas por un comando de asalto del servicio de inteligencia y acusado de conspiración.
Con Ledezma y Leopoldo López están detenidos dos de los principales líderes radicales opositores al presidente Nicolás Maduro, quien ha denunciado en dos años al menos una decena de planes de magnicidio y golpes de Estado y que enfrenta cruciales elecciones legislativas este año mientras su popularidad ronda apenas 20%.
Capriles aseguró que lo mismo está ocurriendo con «varios diferentes alcaldes en Venezuela».
«Hay una sistemática violación de derechos humanos en contra del venezolano cuyo mayor pecado es de ser opositor», subrayó.
La esposa de Ledezma llegó a Madrid procedente de Estrasburgo, en Francia, donde el martes se había reunido con diferentes grupos políticos del Parlamento Europeo, entre ellos el antiliberal Podemos, uno de cuyos líderes, Juan Carlos Monedero, fue asesor del difunto presidente venezolano Hugo Chávez.
Podemos pidió que el encuentro «fuera estrictamente confidencial», explicó Capriles lamentando los «apoyos blandos» recibidos de esta formación.
La Eurocámara aprobó este jueves una resolución, la novena sobre Venezuela desde 2007, expresando su «profunda preocupación por el agravamiento de la situación» política en el país y pidiendo al gobierno de Maduro que libere a los opositores detenidos. Podemos votó en contra.
El lunes, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, había considerado la situación en Venezuela como una «amenaza» para la seguridad, anunciado nuevas sanciones contra altos funcionarios de ese país.
Política injerencista
Se trata de «una política injerencista continua» hacia al país, había denunciado el miércoles el embajador de Venezuela en Madrid, Mario Isea.
Acompañada por su hija Mitzy, Capriles se encontró durante la mañana con el secretario general del Partido Socialista español (PSOE), Pedro Sánchez, y con diputados de varias formaciones conservadoras, entre ellas el gubernamental Partido Popular (PP).
«Hemos recibido todo el apoyo posible de los diputados», afirmó Capriles, enmarcando estos encuentros «dentro de una serie de visitas que le haremos al mundo entero gritándole a viva voz sobre la terrible situación que estamos pasando los venezolanos».
«Sánchez ha insistido en la necesidad de que se mantenga un diálogo político entre gobierno y oposición por ser ‘la única manera de detener la conflictividad y violencia'» en Venezuela, aseguró el PSOE.
Después, Capriles fue recibida por el exjefe del gobierno español, el conservador José María Aznar, a quien entregó una carta manuscrita por Ledezma desde la cárcel.
«Me encuentro prisionero de un gobierno intolerante y represivo, que no ha cesado en perseguirnos, facturándonos la indoblegable voluntad de servirle a los más caros y nobles principios democráticos con los que comulgamos», afirma en ella el alcalde, denunciando una «medida de ‘secuestro'».
Capriles será recibida el viernes por el jefe del gobierno español y presidente del PP, Mariano Rajoy, que en octubre ya había recibido a Lilian Tintori, esposa de Leopoldo López. Aquel encuentro había suscitado una firme protesta de Caracas, que llamó a consultas al embajador Isea.
En relación a su marido, recluido en la cárcel militar de Ramo Verde, aseguró que «está estable, está firme, está preso». Y aseguró que no existen pruebas que lo incriminen «como no lo ha habido hasta ahora con Leopoldo López, luego de un año de un injustísimo juicio».
«No habrá contra Antonio Ledezma un solo elemento probatorio que no lo lleve a la libertad, salvo que confirmaran entonces que estamos viviendo una total dictadura», afirmó.