Las colas de personas, mujeres y hombres, continúan siendo largas en los establecimientos y centros comerciales cuando se tiene conocimiento de la existencia de alguno de los artículos de la cesta básica calificados como escasos desde hace meses.
Tan pronto alguien se entera de que en determinado abasto o supermercado están vendiendo harina precocida, margarina, café, jabón de baño o de lavar, shampoo, pañales desechables, toallas sanitarias, o papel toalet, en pocos minutos la fila de personas interesadas en su adquisición se torna interminable.
A pesar de lo diligentemente que actúe el personal de esos establecimientos, de los captahuellas, instalados en algunas tiendas, la exigencia de partidas de nacimiento de niños; las colas no desaparecen.
Incluso, hay personas que forman parte de ellas sin saber lo que encontrarán en el interior de los negocios, así como quienes, luego de horas de espera bajo los rayos solares, no encuentran nada cuando llegan a los andenes donde estarían los productos regulados.
Pero provoca frustración a jefes de familias que, al retirarse de los lugares donde hicieron las colas sin haber podido comprar nada de lo que buscaban, a poca distancia encuentran buhoneros que, en plena vía pública, les ofrecen jabón de lavar, de baño, pañales desechables, harina precocida y otros artículos ausentes de los anaqueles.
Se trata de los llamados “bachaqueros”, apelativo originario del Zulia, a raíz de las filas que en los automercados formaban guajiros, mujeres y hombres, para adquirir productos que luego llevaban, (y siguen llevando), hasta Colombia, donde los revenden a precios hasta cinco veces mayores que los originales.
En Barquisimeto se han anunciado operativos por parte de la Guardia Nacional y autoridades civiles para combatir ese comercio ilegal y especulativo, pero hasta ahora, de acuerdo a lo que se observa, no han tenido ningún resultado positivo.
Esta semana, en plena avenida Venezuela, a poca distancia del destacamento de la Guardia Nacional ubicado en la Morán, un hombre se dedicó durante largo tiempo a la venta de jabón de lavar y no faltaron personas que se detenían a comprarle, a pesar de que por cada bolsa cobraba 100 bolívares cuando su precio original no llega a los 50.