Desde hace ocho meses, los trabajadores de la empresa Derivados de Maíz Seleccionado (Demaseca) y Molinos Nacionales (Monaca) esperan la discusión de un contrato colectivo que mejore sus condiciones salariales.
En 2010, el Ejecutivo Nacional ordenó la adquisición forzosa de estas organizaciones dedicadas al procesamiento agroindustrial y almacenamiento a gran escala de harina de trigo, harina de maíz, aceite, pasta, arroz, avena, entre otros productos.
Sin embargo, aunque la medida fue publicada en Gaceta Oficial, las autoridades no procedieron a la ocupación de la empresa situación que dejó a los trabajadores en un limbo jurídico.
Así explicó la realidad el representante del sindicato de trabajadores, Abder Cordero, quien señaló que las actividades productivas y operativas de la planta ubicada en Sarare, fueron paralizadas en un 100% como medida de protesta. “Tenemos ocho meses esperando un nuevo contrato colectivo, pero los dueños alegan que hay un decreto de expropiación y por eso, no pueden llegar a ningún acuerdo con nosotros”.
En este sentido, los afectados realizaron diferentes trámites ante la Asamblea Nacional, Vicepresidencia de la República y el Ministerio de Alimentación, para exigir una respuesta definitiva sobre el destino de la organización. “La planta se paralizó por la falta de respuesta y porque no hay intervención exacta por parte del Estado. Lo último que nos dijeron es que el ministerio está atendiendo los problemas por orden de prioridades”.
El malestar de los trabajadores aumentó luego de que los directivos de la empresa prometieran aumentar apenas ocho bolívares al sueldo de cada empleado.
Aunque la producción de alimentos se encuentra paralizada, el despacho continúa en funcionamiento. “No queremos ser acusados de acaparamiento, pues aquí también se procesa la harina que se vende en Mercal”.
Foto: Billy Castro