Los Marineros de Seattle trasladarán la academia que tenían en Venezuela a la República Dominicana y centralizarán en ese país caribeño todo su programa de formación de peloteros latinoamericanos y caribeños.
«Empezando con la temporada 2015, los Marineros tendrán dos equipos en la Liga Dominicana del Verano, incorporando todos nuestros peloteros latinoamericanos, incluidos peloteros y coaches venezolanos, y no tendrán equipo en la Liga Venezolana del Verano», dijo el lunes el equipo de Seattle en un comunicado.
El anuncio de Seattle se produce poco después de que Venezuela decidiese exigir visas a los estadounidenses, lo que puede complicar un poco operaciones que ya tropezaban con los obstáculos derivados del deterioro económico del país.
Los Marineros construyeron una nueva academia en Boca Chica, que podrá albergar a 80 peloteros, según el comunicado.
«El programa de desarrollo de peloteros de los Marineros en Latinoamérica será combinado en nuestra instalación en la Republica Dominicana» con el objetivo de «centralizar nuestros esfuerzos», afirmó el gerente general de los Marineros Jack Zduriencik.
«Con nuestras operaciones unidas, seremos mucho más eficientes y efectivos en el desarrollo de nuestros peloteros jóvenes, quienes competirán en dos equipos de los Marineros en la Liga Dominicana del Verano».
Agregó que el equipo mantiene su compromiso de «encontrar talento en toda Latinoamérica, y particularmente en Venezuela, donde tenemos una gran tradición y hemos tenido mucho éxito».
Es posible, no obstante, que con esta novedad se complique un poco la promoción de peloteros venezolanos y de otros países sudamericanos que pasaban por la academia venezolana, ya que es previsible que los Marineros sean muy selectivos a la hora de trasladar promesas a la República Dominicana.
Con la partida de los Marineros, Filis, Tigres, Cachorros y Rays son los únicos equipos de las grandes ligas que conservan academias en Venezuela, por donde pasaron peloteros como el venezolano Félix Hernández, el nicaragüense Erasmo Ramírez y el jardinero curazoleño Wladimir Balentien, que llegaron a las mayores.