El presidente venezolano Nicolás Maduro anunció este sábado que desde la próxima semana se desplegará en todo el país el sistema biométrico de venta controlada en supermercados públicos.
«Vamos a establecer a partir de esta semana el sistema nacional de captahuellas. Serán más de 20 mil captahuellas en todo el sistema socialista, para garantizarle al pueblo su alimento», afirmó Maduro durante una cadena obligatoria de radio y tv.
Las «captahuellas» son sensores que detectarán cuando una persona ya compró productos en las redes públicas de supermercados y abastos, que venden con un amplio subsidio, para evitar que lo hagan en repetidas ocasiones.
Maduro dijo que este sábado se produjo una reunión entre autoridades gubernamentales y «las siete grandes cadenas privadas de supermercados», y que «todas se incorporan voluntariamente al establecimiento del sistema de abastecimiento seguro».
Los primeros intentos del gobierno de imponer el uso de captahuellas fueron hechos a mediados de 2014, en medio de una severa crisis de desabastecimiento de al menos un tercio de los productos básicos, y una inflación que cerró en 68,5% en 2014 y en 56,2% en 2013.
La oposición ha rechazado el uso de este mecanismo alegando que es una réplica de la «libreta de racionamiento cubana».
Las autoridades habían considerado que la venta con captahuellas abarcara 23 productos prioritarios.
Algunas de las medidas tomadas por el gobierno de Maduro han sido la ocupación de redes privadas de supermercados o el encarcelamiento de sus gerentes o representantes legales.