La crisis institucional que enfrenta el Instituto Pedagógico de Barquisimeto (UPEL – IPB), tras detonación de tres bombas lacrimógenas en el departamento de Dirección, obligó la realización de una asamblea intergremial organizada por docentes y empleados administrativos. La academia persiste con la suspensión de actividades hasta nuevo aviso.
En el cónclave, la Asociación de Profesores de la UPEL (Aproupel) y el Sindicato de Trabajadores y Asociación de Empleados Técnico Administrativos (Sintraaeta – UPEL), aprobaron por unanimidad un documento que será elevado a Consejo Universitario de la UPEL, donde exigen sanciones y expulsiones para los autores de los hechos que consideran como “casi criminales”.
Asimismo, exhortaron la organización de la comunidad estudiantil para la celebración de elecciones de la Federación de Centros de Estudiantes.
“Decidimos que no vamos a regresar a nuestros puestos de trabajo hasta tanto no se garantice la seguridad y se entreguen la dependencias que están secuestradas”, declaró con firmeza el profesor Eduardo Mendoza, presidente de Aproupel.
Aunque la paralización vulnera sus beneficios socioeconómicos, explica que temen por su integridad física. Su decisión se sustenta por la defensa de la institucionalidad.
Colectivos exigen clase
Directivos de los colectivos estudiantiles de la UPEL – IPB, se concentraron en las afueras de la academia solicitando la restitución inmediata de las clases. Consideran que los directivos del recinto vulneran su derecho a la educación.
Jennifer Alvarado, representante del Colectivo Revoluciona-rio Estudiantil (CRE – 9), calificó como una decisión arbitraria del Consejo Universitario la suspensión de actividades académico – administrativas.
“Queremos clases. Hoy nos apersonamos en la institución a fin de buscar algún tipo de mediación pero nos encontramos que la puerta principal de vidrio está cerrada con candado; así como también algunos accesos de la universidad. Se nos está cercenando el derecho a la educación”.
Aunque las autoridades y gremios señalan que este colectivo arremetió en su contra con la activación de tres bombas lacrimógenas, Alvarado alegó “que los miembros del CRE – 9 no tienen actitudes violentas ni mucho menos atentamos contra los directivos”.
El director no cree en diálogo
Laura Ramos, vocera del colectivo, aseguró que el director decano, profesor Nelson Silva, no tiene la intención de sentarse con ellos para solucionar los problemas de la institución, supuestamente esa actitud la mostró la autoridad durante las mesas de trabajo en la Defensoría del Pueblo. Sin embargo, recalcó que la dirigencia estudiantil está dispuesta a retomar el diálogo para la pronta restitución de las actividades académicas.