Cuando estaba Chávez todo era distinto, ese señor sí sabía cómo manejar el país», añora Alejandro Herrera, mecánico en una barriada popular del oeste de Caracas, donde a dos años de la muerte del líder socialista muchos aún son chavistas, pero no «maduristas».
Hugo Chávez, durante 14 años promotor del socialismo del siglo XXI en el país petrolero, le cedió el testigo antes de su muerte a su fiel vicepresidente Nicolás Maduro, pero el severo deterioro de la situación económica -exacerbado por la caída de los precios del petróleo- han hundido su popularidad.
«Ahora lo que da es tristeza ver cómo Maduro ha ido destruyendo todo lo que él dejó. Yo siempre seré chavista de corazón y hasta reconozco que voté por Maduro, pero jamás me sentiré madurista», agrega a la AFP este caraqueño de 64 años.
La popularidad del llamado «hijo de Chávez» alcanzó su nivel más bajo a finales de 2014, cuando según la consultora Datanalisis rondó los 22 puntos porcentuales.
Resulta evidente el contraste con su predecesor, quien fuera uno de los líderes más populares del continente en las últimas décadas y de la historia de Venezuela, como muestran los incontables murales, banderas y camisetas con su rostro estampado.
Sentado en la plaza Bolívar de Antímano, un barrio caraqueño que ha sido bastión fundamental del chavismo desde sus inicios, el empleado público Yorman Fernández declara: «Maduro ha tomado acciones erradas y no tiene mucha experiencia gobernando. El gobierno está lleno de vicios, eso es verdad, pero al menos tiene buenas intenciones».
«Maduro sigue la línea de Chávez, por eso yo no creo que sea tan fácil que la oposición gobierne pronto», dice Fernández a la AFP.
Misiones
Chávez construyó su amplio liderazgo sobre la base de la bonanza petrolera y las misiones sociales, millonarios programas de educación, salud o alimentación gratuitos o a precios subsidiados para los más desfavorecidos.
El fervor de sus seguidores es tal que llegaron incluso a construir un altar a «San Hugo Chávez», con flores, dedicatorias y fotografías del fallecido líder.
«Ahora tenemos médicos que nos visitan a la casa, en cada sector hay un módulo de salud, donde uno llama a ese médico a cualquier hora y él nos atiende, es algo que cambió totalmente y fue antes de que (Chávez) partiera», dice a la AFP una de sus cuidadoras, Elizabeth Torres.
Pese a la abrupta caída de los precios del petróleo, Maduro asegura que la continuidad de esos programas está garantizada.
Hoy en día, la devoción por la figura de Chávez sigue siendo muy fuerte. Lisandro Pérez, alias Mao, fundador del colectivo Los Tupamaros y director de la escuela artesanal «Dr. José Gregorio Hernández», se refiere desde su oficina a su «comandante eterno» apasionadamente.
«Aunque es Maduro quien está a cargo del gobierno, es Chávez quien nos sigue dando los lineamientos a seguir incluso después de muerto», dice mientras señala una foto de Chávez con uniforme militar en su pared.
La memoria de Chávez
Existen, sin embargo, otros seguidores del fallecido presidente que opinan que cometió un error al dejar a cargo a Maduro. Eduardo Márquez, de 32 años, trabajador de la alcaldía del municipio Libertador (centro de Caracas) cree que Maduro traiciona la memoria de Chávez.
«Si Chávez decía que haría algo, lo hacía. No como Maduro, que dice que estamos bien y después va y devalúa la moneda, es claro que tiene un doble discurso para nosotros los venezolanos», expresa Márquez enfáticamente.
Desde el bulevar de Catia, otro sector tradicionalmente chavista, Saverio Vivas, dirigente opositor, revela que incluso la oposición prefiere a Chávez que a Maduro.
«Es evidente que cuando los opositores del barrio hacen una comparación se dan cuenta de que ha aumentado la escasez, ha aumentado la persecución y sobre todo la represión», dice.
«Dentro de las barriadas más populares de Caracas que tanto apoyaron a Hugo Chávez durante su gobierno, la diferencia entre el comandante Chávez y el actual gobernante, su hijo Nicolás Maduro, son tan abismales que muchos de los que eran chavistas ahora se definen como opositores. Por eso ahora es posible hablar de chavistas opositores», concluye Vivas.