La presidenta Cristina Kirchner dijo este domingo que su gobierno de centro-izquierda ha «desendeudado definitivamente a la República Argentina» en su último discurso en la tradicional apertura de sesiones en el Congreso, acompañada por decenas de miles de simpatizantes.
A menos de ocho meses de las elecciones presidenciales -el 25 de octubre-, Kirchner llegó al Congreso recorriendo casi dos kilómetros desde la casa de Gobierno en el centro de Buenos Aires, saludando desde un auto oficial a miles de seguidores que hicieron de este día una fiesta de calle.
Se espera que la Presidenta anuncie ante la Asamblea Legislativa futuros aumentos en planes sociales, subsidios y haga un recuento de los logros de su Gobierno iniciado en 2007 al suceder a su esposo Néstor Kirchner (2003-2007) y reelecto en 2011.
«Hemos desendeudado definitivamente a la República Argentina», dijo Kirchner al señalar que «a quien le toque presidir el país a partir del próximo 10 de diciembre (día de la toma de posesión del nuevo Presidente), la deuda que van a tener es de 10.796 millones de dólares y 9.132 millones de pesos».
«Argentina es el único país que ha descendido su deuda externa en todo el mundo», dijo Kirchner, quien empezó su discurso felicitando a su equipo económico porque «supo, y me ayudó, a remontar los malos augurios», agregó.
La jefa de Estado indicó que «el gran desafío fue mantener políticas públicas para poder superar la crisis, y vaya que lo hicimos».
Según Kirchner, «ya nunca más habrá gobiernos que tengan que tomar deuda para pagar deuda, si nos endeudamos que sea para obras para proyectos de crecimiento del país, para que puedan disfrutar los argentinos», dijo.
Las compras de armamento durante la dictadura militar (1976-1983) y la política de paridad peso-dólar en la década de 1990 hicieron crecer la deuda y condujeron a Argentina a declarar una moratoria histórica del pago en diciembre de 2001 por casi 100.000 millones de dólares.
La deuda consolidada de Argentina es hoy en día de 200.000 millones de dólares. Un endeudamiento débil para un Estado cuyo Producto Interno Bruto (PIB) es de 475.000 millones de dólares.
En los alrededores del Congreso argentino, decenas de miles de personas seguían el discurso con pantallas y altoparlantes gigantes en una marea de pancartas, globos alusivos al kirchnerismo.
«Es la primera vez que vengo a una marcha porque esta es la última vez que abre las sesiones nuestra presidenta. Le estamos demostrando a la gente opositora que no nos pueden quebrar», dijo a la AFP Jorge Ferreyra, un activista de 55 años.
Marcelo Márquez, 46 años, integrante del colectivo Varela Diversa, una agrupación de afuera de la capital quiso asistir para agradecer que «el kirchnerismo dio derechos a sectores históricamente excluidos, como el matrimonio igualitario y el derecho a la identidad sexual».