Cuatro estudiantes resultaron heridos el miércoles durante un enfrentamiento entre manifestantes y la policía en los alrededores de la Universidad de los Andes en la ciudad suroccidental de Mérida, informó un vocero del centro de estudios.
Varias decenas de universitarios en Mérida realizaron una protesta callejera en las inmediaciones del centro de estudio en rechazo por la muerte del adolescente Kluiverth Roa, quien la víspera recibió en la cabeza el impacto de una canica de vidrio disparada con una escopeta, munición conocida como metra, en la localidad suroccidental de San Cristóbal.
La protesta degeneró en enfrentamientos entre manifestantes, algunos de ellos con los rostros cubiertos por telas, que quemaron llantas y lanzaron piedras y otros objetos contundentes contra decenas de policías del estado Mérida que trataron de contenerlos con balas de goma.
Los violentos incidentes dejaron un saldo de cuatro estudiantes heridos, uno de ellos por una metra que se le alojó en la pierna derecha y los otros tres por balas de goma, indicó a The Associated Press Nelson Espinoza, jefe de prensa del rectorado de la Universidad. Los cuatro heridos fueron auxiliados por los bomberos universitarios y trasladado al centro de atención médica del centro de estudios.
En Caracas, varias decenas de personas, en su mayoría mujeres vestidas con camisas blancas, se concentraron el miércoles frente a la Nunciatura Apostólica, al norte de la capital, para manifestarse contra la violencia y rechazar el asesinato de Roa, de 14 años, durante una protesta contra el gobierno.
Al grito de «justicia» y entre carteles en los que se leía «Venezuela es el primer país exportador de ángeles al cielo», los manifestantes se reunieron frente a la sede diplomática del Vaticano para pedirle al papa Francisco que medie ante la crisis venezolana.
Rosa Orozco, que recordó a su hija de 23 años muerta un año atrás durante protestas en la ciudad de Valencia, sostuvo que «mi alma está partida en dos al ver a este muchacho (Roa). Yo no sé qué es lo que yo sentí anoche cuando vi a este muchacho. Pareciera que estuviera viendo a Geraldine con los sesos… en el piso», dijo. Su hija murió tras recibir el impacto de una bala de goma en un ojo que fue disparada por un supuesto guardia nacional.
En tanto, el presidente Nicolás Maduro pidió en una cadena de radio y televisión a las fuerzas militares y policiales estar en «máxima alerta» ante informaciones de que desde Colombia «están tratando de infiltrar a un grupo de paramilitares» para generar violencia en los estados fronterizos de Zulia, Táchira y Apure.
El mandatario dijo que una veintena de encapuchados secuestraron un camión de medicamentos en Zulia y un transporte de bombas de gas en la población de Rubio, en Táchira.
Horas después, el presidente de la Asamblea Nacional, el diputado oficialista Diosdado Cabello, repudió el asesinato del estudiante de 14 años y afirmó que había algo extraño detrás del incidente.
«¿De dónde un policía puede tener en su mente dispararle a un niño de 14 años, de dónde pudo haber ocurrido eso? No es lógico.
Lamentamos profundamente la muerte de este niño y la condenamos y la repudiamos, pero es un muy extraño buscar a un niño de 14 años y dispararle de la manera que le dispararon… muy extraño es esto», agregó Cabello, estrecho aliado de Maduro en su programa semanal de televisión.