El país no encuentra un rumbo que le permita superar los problemas de convivencia, que son en definitiva importantes y trascendentes en el deseo de todos por alcanzar un mejor el nivel de vida para los ciudadanos. La lucha política lo arruina casi todo. El dogma por encima de cualquiera consideración erosiona progresivamente las relaciones entre los propios venezolanos haciendo más difícil la coincidencia positiva y aumentando lamentablemente la intolerancia, madre de toda la violencia en que nos debatimos.
No hay gobierno que pueda tener éxito en su gestión sin contar con el valioso recurso humano que pueden ofrecerle sus administrados independientemente de sus tendencias político-partidistas o ideológicas. Satanizar a los que piensan diferente a los amos del poder no es precisamente una buena idea si se piensa en que todos, cada uno desde su punto de vista, puede aportar ideas y propuestas para conducir al país hacia un desarrollo social acorde con los tiempos en que vivimos. Decía Bolívar que el modo de gobernar bien es el de emplear hombres honrados, aunque sean enemigos. “Ya no se puede mandar, sino con el amor del prójimo y con una profunda humildad” –reflexionaba el Libertador en 1828. La Venezuela de hoy vive una crisis institucional inédita en su historia porque la democracia no permite la presencia de perseguidos ni prisioneros a causa de sus creencias políticas o religiosas.
ESTADIO: Hace algún tiempo propusimos a través de estas líneas algunas ideas que tienen que ver con el futuro del estadio Metropolitano que se construyó para la Copa América, temiendo que con el tiempo se pudiera convertir en un “elefante blanco” y una pesada carga para el Estado, como parece estar sucediendo. Planteamos la posibilidad de designar a una Junta Administradora capaz de crear un programa de actividades que permita al parque generar sus propios recursos administrativos para no depender totalmente de las finanzas públicas. Igualmente adelantar un proyecto para convertir al estadio en un aula abierta destinado a la educación física y mental de centenares de niños y jóvenes que no tienen la posibilidad de disfrutar de un espacio abierto para la actividad deportiva. Por otra parte, el Metropolitano podría albergar a miles de espectadores si se realizan espectáculos de calidad a bajo costo, tal como ocurre, por ejemplo, en otros países, donde el fútbol es solo una de las actividades que se organizan en esas sedes. Si existe voluntad y la preocupación por parte de quienes tienen a su cargo el estadio podrá salvarse de la destrucción esta colosal edificación.
MÉRIDA: Venezuela no es precisamente un país turístico por excelencia. La llamada industria sin chimeneas jamás se desarrolló como muchos pensaban a la velocidad de otras regiones de nuestra América. Quizás por eso Mérida sigue siendo una joya inacabada para quienes hacen el intento de descubrir su riqueza. Su Feria del Sol nos ha permitido no solamente de disfrutar de su jornada taurina, sino de su espectacular paisaje, tesoro inestimable para los amantes de la naturaleza. Dicen que la vida tiene un sentido diferente para quienes han decidido vivir bajo la custodia de las formaciones montañosas que rodean la ciudad, lejos del asfixiante ambiente de nuestras contaminadas y peligrosas ciudades, como sucede con Alberto Meléndez, quien tiene una casa muy particular en el Valle, y María Teresa, ama y señora de Terra Finca, un lugar donde uno tiene la sensación de estar más cerca del cielo y de Dios. Alberto tiene muchas cosas que contar y María Teresa, con su belleza eterna, es magnífica anfitriona para quienes la visitan y compartan la singular experiencia de habitar las 20 cabañas que integran el pequeño y hermoso pueblito andino, donde parece haberse detenido el tiempo. En la temporada vacacional rostros conocidos de larenses habituales en la Mérida de los Caballeros: los hermanos Reinaldo y Elías Suárez, Saulo Luis Guédez, Jesús Sierra Acosta y Raiza, Ever Pérez y Silvia, José Contreras, aficionado de solera, Orange Chirinos, Eduardo Martínez, Arturo Fuerte, Moteserrat Montes, Julio Rodríguez, Monchito Riera, Roseliano Valenzuela y Mayra, Luis Eduardo de San Martín y Madeline y muchos otros que se escapan de la memoria.
OSCAR: Nada nuevo bajo la noche hollywoodense. Sin sorpresas al leerse los ganadores de la estatuilla. Todo en su lugar, excepto el fastidio soporífero de lo que pudo ser un espectáculo digno del glamour de otros tiempos cuando las estrellas brillaban con luz propia desde el primer paso que daban en la alfombra roja. Y creo saber el motivo: la mayoría de las películas que competían no pertenecen a ningún estudio, de las 9, 8 son del llamado cine independiente, que no tiene el dinero suficiente para hacer una promoción gigante como acostumbra la Fox, la MGM, Paramount, Universal, etc. Para resarcirme del inútil trasnocho del domingo me propongo ver las cintas ganadoras en lo que resta de febrero. Los que andan muy disgustados son los mexicanos por la impertinencia de Sean Peen al anunciar el premio otorgado al director mexicano Alejandro González Inárritu.
