Pese al largo verano que se registró en algunas zonas de Venezuela durante el año pasado y que se prolongó este año 2015, el campesino no doblega y se ha apoyado en herramientas necesarias para regar las siembras y poder llevar sus productos hasta los centros de consumo sin ningún contratiempo.
Para ello ingenió transportar por sistemas hidráulicos el agua de ríos, represas y caños hasta sus hectáreas, mientras caen las lluvias y puedan por sí solos regarse los cultivos.
Es por esta razón que en los mercados tradicionales de Barquisimeto y en los mercados populares de esta urbe no existe escasez de verduras y frutas, lo que corrobora el gran esfuerzo de cultivadores de zonas alejadas a centros poblados para que se mantengan las cosechas al día, y así poder satisfacer la demanda de los ciudadanos que requieren estos alimentos, ya que los venezolanos son altamente consumidores de estos rubros de toda su vida.
Buen color y tamaño presentan las verduras y frutas, indicador del cuidado que les brindan durante el desarrollo, crecimiento y maduración para que lleguen a manos de las personas y resulten atractivos a la vista de todos.
Ana del Carmen López, una vendedora de un mercado popular de la capital del estado Lara, precisó “gracias a Dios” tiene bastante tiempo sin problemas en la obtención de frutas y verduras.
En este sentido indicó que los pedidos le llegan sin retrasos, por lo que se siente tranquila de tener lo suficiente en su local para ofrecer a toda su clientela en las cantidades que ellos quieran, y a la hora que lleguen por los pedidos.
Precisó que los días en los cuales se registra mayor venta son los fines de semana, debido a que las familias buscan estos rubros para el preparado de sopas, mientras para las parrilladas se llevan kilos de yuca, ajo y pimentón.
Por su parte, Ramón Gómez manifestó que la regularidad de los despachos a su frutería le permite vender al mayor a locales comerciales destinados a la venta de comida en la ciudad.
Agregó que de esta manera está contribuyendo a que dichos establecimientos se mantengan abiertos y no detengan la elaboración de sus platos a los comensales que a diario frecuentan esos lugares.
Determinó la importancia de esta abundancia porque además garantiza la mano de obra en el campo, y en la ciudad permite a trabajadores ganarse la vida laborando en las fruterías y a otro grupo transportando la mercancía.
Teresa Rodríguez, vendedora
ambulante de frutas y verduras contó sus experiencias.
Comentó que sale de su casa en San José, Barrio Unión, y se traslada con un carrito de hierro a abastecerse a través de un camión que surte a un mercado popular en el centro de la ciudad.
Luego se ausenta de allí para recorrer el centro y el este de Barquisimeto, y va de casa en casa ofreciendo la mercancía, hasta venderlo todo.
Durante su periplo varios conductores la detienen para comprarle.
Acotó que se trata de un oficio peligroso y agotador, pero lo hace porque tiene que mantener dos hijos, y aprovecha la facilidad de conseguir variedad para complacer las exigencias de su clientela, que hasta los momentos lo ha podido hacer y de ellos se siente orgullosa.
Así están los precios
Los precios de las frutas y verduras que se observaron durante un recorrido:
Zanahoria Bs. 70 el kilogramo, papas 80 bolívares, ocumo 80, repollo 50, pepino 40, aliños verdes surtidos 80, tomate 80, yuca 20, cambur 30, melón 50, lechosa 50, mandarina 70, guayaba 50, pimentón 80, cebolla de cabeza 80, ají dulce 100, jojoto la unidad 15, plátano 50.